VIII

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"Se siente tan bien, pero está tan mal."

Sofía, George y yo estamos bajando a la piscina de la alberca. En el camino Sofía y yo nos ponemos a platicar sobre Noah. —Y, ¿ya le llamaste? —niego. —Oh, ¡vamos!

—No lo sé, me da un poco de vergüenza —me encojo de hombros y muerdo mi mejilla interna.

—¿Traes ahí su numero?

—Lo guardé en mi celular el mismo día —asiente.

—Bien, al salir de la alberca voy a ir a tu cuarto y le vamos a llamar —mi corazón empieza a latir por los nervios, aún no estoy lista.

—Sofía, n-no...

—Sofía nada, le vamos a llamar sí o sí —la miro y ella sonríe, bufo y sonrío con ella.

• • •

Aprovechando que mi papá no se encuentra en el cuarto, mi amiga y yo decidimos hablarle a Noah, o más bien seré yo la que le hablará.

—Ponlo en alta voz —chillo. Sonríe y entonces se lo separa del oído para ponerlo en la cama y poder escuchar a Noah.

¿Hola? —trago saliva y Sofía me golpea el brazo indicándome que hable.

Ho-ola Noah.

—¿Lucy? —tarareo en sí. —¡Hola! ¿Cómo has estado? —había extrañado su voz.

Bien, gracias —Sofía me vuelve a golpear con sus ojos abiertos, pidiéndome que le diga lo que habíamos acordado. —Noah, t-te quería pedir algo.

—¿Si, Lucy?

—¿Q-Quisieras salir conmigo a-algún día?

—¿Es una cita?

Como quieras llamarle —río.

—Seguro. Yo te llamo, ¿va? —aplaudo en emoción y abro mi boca.

Está bien, adiós.

—Adiós, preciosa —cuelga.

¡Me dijo preciosa! —grito chocando mis manos con las de Sofía.

¡Amiga! Qué emoción —muerde su labio. Al fin tendré una 'cita' con él.

Harry's P.O.V.

Ver a Luz, mi Luz hablando con un chico me pone a hervir la sangre. Sé que no debería sentir celos, es mi hija. Pero no lo puedo evitar. Ella creía que yo no estaba, pero sólo me escondí en el baño. Cuando su amiga sale de nuestro cuarto se despide de mí al verme y yo entro al cuarto con Lucy.

—¿Qué estaban haciendo tú y Sofía?

—Cosas de chicas —dice sin siquiera voltear a verme. Sé que está mintiendo, obvio.

—Bien —me quito mis zapatos y me recuesto a un lado de ella. Voltea a verme y se da una vuelta de cuerpo completo hasta que se sube a mí, sus piernas a cada lado de mi cuerpo.

—Caballito —dice y empieza a saltar justo en mi amigo. Joder, joder, joder.

—No hagas eso, muñeca —le pido, conteniéndome.

—Oww —hace un puchero y se baja, observando detenidamente a mi amigo el cual ahora está emocionado gracias a ella.

—¿Por qué se te hace así tu cosa, papi?

—¿No te lo han dicho en la escuela? —niega con la cabeza sin despegar la mirada de ahí. —Uff, supongamos que es algo así como una enfermedad.

—¿Y tiene cura?

—Ajá —ella me mira pidiendo la respuesta a su pregunta. ¿Qué le digo? —Por ejemplo, cuando me duele la cabeza y tú me haces masajes se me quita el dolor.

—Oh, entonces, ¿esa cosa duele?

—Sí —hago una mueca.

—¿Te puedo curar, papi? —me mira a los ojos, trago saliva.

—Mmm, no lo sé, cariño —ignora mis palabras y comienza a frotar sus manos por encima de mi pantalón. Suelto un gruñido. Cuando sus pequeñas manos se colocan en el botón de mi pantalón tartamudeo:—D-Detente —ella niega.

Baja lentamente mi pantalón, al sentir las yemas de sus delgados dedos rozar mis piernas cierro mis ojos. Cuando no siento mis vaqueros en mis piernas abro mis ojos.

—¿Sabes l-lo que haces? —le pregunto antes de soltar un suspiro.

—Eso creo —responde con la voz un poco temblorosa.

—¿Estás segura? —asiente segura de sí. Dirije su mirada hacia mi amigo, el cual está más que contento con lo que está por suceder. —N-No, Lucy.

—¿No qué, papi? —deja un beso en mi masculinidad por encima de mis bóxers, causándome espasmos que no se sienten para nada mal.

¿Cómo es que mi Lucy aparenta ser tan inocente? Al parecer no lo es. Las preguntas que pasan y pasan por mi cabeza son: ¿de dónde aprendió todo esto? ¿Lo habrá hecho ya con algún otro chico de su colegio? O ¿le habrá enseñado su amiga? Estas y muchas otras preguntas retumban en mi cabeza, mas las ignoro al no sentir nada cubriendo mi intimidad.

Con sus ojos bien abiertos, la observa. Se lame los labios, excitándome. Joder, ¿qué estoy haciendo?

Saca tu lengua —le ordeno a lo que ella obedece. Tomo mi miembro y paso mi glande por su lengua, al instante los dos gemimos al unísono. —Joder —murmuro.

No puedo hacer esto con ella, quiero, mas no puedo. Pero ella me incita, se supone que soy yo la que debería pedirle hacer esto, pero ella es la que me pide hacerlo. Sin avisar, toma mi miembro en su mano y la mueve de arriba a abajo con fuerza. Mierda. Se siente tan bien, pero está tan mal.

No —me ignora de nuevo. Saca su lengua y lame la cabeza. Joder, ¿dónde aprendió todo esto? ¿En un vídeo porno o qué carajos, Lucy? —Alto —continúa. —¡Detente! —grito, enfadado y excitado como el infierno. —E-Esto no está bien.

Rápidamente subo mis bóxers y me voy al baño a deshacerme de ésto. Oh, Lucy. Si tan sólo supieras cuantas ganas tengo de que me hagas lo que tú quisieras, pero aún no, tengo que aguardar. Aún sigo sin superar el hecho de que ella haya sido la que me haya pedido (por así decirlo) hacerme una mamada, raro.

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Gracias por leer bebés ly
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All The Love, D xx.

My little baby » H.S.Where stories live. Discover now