Recuérdame [AV]

Capítulo 38: "No soy quien tú crees"

Narrador.

Cada vez la agonía los invadía más.

Y la verdad era que aunque los demás juraran y perjuraran que entendían por lo que estaban pasando, era mentira.

Nadie podía comprender el dolor que sentían esas dos almas.

Nadie podía comprender la impotencia y culpabilidad que sentía el ojiazul al recordar todo.

Nadie podía comprender la manera en que él la necesitaba.

Nadie era capaz de imaginar todo lo que escondía tras esas pupilas azuladas.

Por más que quisieran, nadie sabía lo que sufrían, más que ellos dos.

Nadie imaginaba las circunstancias en las que se encontraba la castaña.

No sabían los tratos que tenía que soportar con tal de continuar con vida.

No podían comprender lo que ella sentía cuando el hombre que la retenía la tocaba.

Nadie podía extrañarse tanto como ellos dos lo hacían.

Ambos deseaban con todas sus fuerzas volver a verse.

Abrazarse.

Besarse.

Y saber que todo estaría bien.

Pero por más que ambos lo desearan, cada vez lo veían más lejos.

[....]

- ¡ALONSO, ALONSO!- Jos golpeó con fuerza la puerta de la habitación.

Ya habían pasado más de dos meses desde la desaparición...

El ojiazul se vio obligado a despertarse, sinceramente los toquidos de Jos eran todo menos tranquilos.

Con algo de inconformidad se levantó de su cama y abrió la puerta.

- ¿Qué quiere...

Se vio interrumpido.

- ¡ALONSO ACABAN DE LLAMAR DE LA OFICINA DE INVESTIGACIÓN DICEN QUE TIENEN ALGO MUY IMPORTANTE QUE DECIRNOS, ES SOBRE ELLA! - el pelinegro habló demasiado rápido, estaba muy emocionado.

Alonso suspiró.

Y no era que no le emocionara, pero después de mes y medio recibiendo el mismo aviso, que al final resulta ser un error, prefiere no ilusionarse hasta saber de qué se trata.

Era algo que había aprendido.

Caso contrario de Jos, él tenía más esperanza y solía emocionarse hasta con la más mínima pista.

Tal vez era una manera de mantener viva la esperanza de todos, pero principalmente la de ellos dos, para quiénes la castaña significaba demasiado.

[....]

Tras un largo viaje lograron llegar al lugar en el que habían sido citados.

Lugar que conocían de principio a fin.

Esta vez iban solamente Alonso y Jos.

Llegaron a la oficina de quién estaba investigando el caso.

En cuando el policía los miró agachó la mirada, era algo nuevo para ellos, nunca había hecho un gesto de ese tipo.

- Tomen asiento- exclamó el hombre frente a ellos, aún con la cabeza baja.

- ¿Qué sucede?- preguntó realmente preocupado el pelirrojo.

El policía tenso su mandíbula y tragó grueso.