Capítulo 22. "Callejón"

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— ¡Se está despertando! — Anunció Caitlin.

Todos rodearon la camilla donde se encontraba recostado Barry, qué poco a poco abría los ojos y todavía confuso trataba de levantarse de la camilla. Hasta que una fuerte punzada de dolor hizo que desistiera en su intento.

— Tus costillas siguen fracturadas, es conveniente que permanezcas en reposo durante tu proceso de sanación. — le explicó Caitlin.

— Te han dado una buena.— dijo Cisco ante la mirada de desaprobación de todos.

— ¿Dónde está Helena? — preguntó dolorido.

— Desaparecida. — dijo Ray en tono sombrío.

— ¡Tenemos que ir...! — gritó Barry desesperado. Viéndose interrumpido por Joe, quién lo sujetaba del hombro derecho.

— Ya hay una orden de búsqueda, y el doctor Palmer y yo vamos a inspeccionar las afueras de Central City.

— Pero Helena me necesita. 

— Helena necesita que te recuperes. — respondió Joe. Barry miró hacia otro lado disgustado. — Te prometo que la encontraremos.

— ¿Y si han vuelto a buscarla? — sugirió de repente Caitlin.

— ¿A qué te refieres? — preguntó Joe.

— La retuvieron y la soltaron. Sin más. — explicó Caitlin.— Quizás todo esto sea parte de su plan inicial.

— Podría ser. — dijo Cisco.— Pero Helena se ha ido por su propio pie, la última vez una fugoneta de Palmer Tec. la dejó en nuestro porche.

— ¿Una furgoneta de Palmer Tec.? — preguntó Ray incrédulo.

— Sí, bueno... — comenzó a explicarse Cisco nervioso.— Mandé unas parciales de la matricula y...

— ¡¿Y no se te ha ocurrido pensar que hace tres horas esa información habría sido muy útil?! — gritó Ray.

— Yo le pedí que no dijera nada. — intervino Barry en defensa de su amigo.

— ¿Y tú eres el que se preocupa por donde está? — Bufó Ray negando con la cabeza.

— ¡Acababa de recuperarse!— se justificó Barry.— ¡Necesitaba un respiro de todo esto!

— Deberías haberla dejado elegir. — le reprochó Ray.

— ¿Cómo hiciste tú cuando la dejaste tirada? — preguntó Barry.— ¿Haciendo que arriesgue su vida para salvar la tuya?

Ray se quedó en silencio, se le había hecho un nudo en la garganta solo de pensar en lo que le podía estar pasando a Helena en ese preciso momento. Le dedicó una última mirada a Barry, y salió de la habitación. Su único pensamiento era encontrar a Helena, y creía saber como hacerlo.

En algún callejón de Opal City...

Ya era de madrugada. La luz intermitente de una farola alumbraba el sombrío callejón, inundado por el fuerte olor proveniente de una alcantarilla cuya tapa había sido arrancada.

En medio del callejón se encontraba tendida en el suelo Helena. Acababa de despertar, y no solo le dolía muchísimo la cabeza, sino cada rincón de su cuerpo. Trató de levantarse como pudo, apoyando las manos en el suelo. Cuando vio sus nudillos, llenos de sangre. Asustada tocó el reverso de su mano y pudo comprobar que no se trataba de su sangre. ¿Qué había pasado? ¿Dónde estaba?

De repente escuchó un fuerte estruendo al final de el callejón.

— ¡¿Quién anda ahí?! — gritó poniéndose en guardia.

— Tranquila amazona. — contestó una voz familiar.

— ¡Snart! — dijo Helena corriendo a su encuentro.

Snart se encontraba agarrado a un contenedor para tratar de mantenerse erguido. Al llegar a su altura y verlo alumbrado por la vieja farola, Helena pudo ver su ojo izquierdo morado y cortes por toda la cara.

— ¿Qué ha pasado? — preguntó asustada Helena.

— Al parecer no me fue tan bien como a ti. — dijo Leonard viendo sus nudillos llenos de sangre.

— Estamos en Opal... — dijo Helena mirando a su alrededor.— ¿Cómo hemos llegado hasta aquí?

— No es la primera vez que me pasa.

De vuelta en Star Labs...

Ray había tenido una idea tras la revelación de Cisco. Todas las furgonetas de Palmer Tec tenían instalado un sistema de GPS, él mismo había revisado cada uno de ellos el día que fueron instalados. Esto podría llevarle directamente hasta los secuestradores de Helena, las mismas personas que tras su desaparición se habían apoderado desde las sombras de su compañía. Aquellos que querían acabar con Opal City.

— Siento mucho lo de antes. — dijo Cisco que se encontraba justo detrás de si.

— No te precoupes, yo tampoco supe mantener las formas. — se disculpó Ray.

— Y respecto Barry, no se lo tengas en cuenta.— dijo Cisco.— Ha pasado por mucho con Helena, y la impotencia le hizo perder los papeles.

— Barry tiene razón.— dijo Ray.— Nada de esto hubiera pasado si yo no lo hubiera empezado.

— No creo que sea culpa de nadie.— confesó Cisco.— Pero sí creo que entre todos podemos terminarlo.

— Y creo que se como lograrlo.— anunció Ray con una sonrisa.

En Opal City...

Habían abandonado aquel sucio callejón para dirigirse a un parque cercano. Helena había ayudado a Snart a caminar hasta allí, ya que apenas era capaz de apoyar su pierna derecha en el suelo.

— ¿Te pasó lo mismo hace dos noches? — preguntó Helena.

— Estaba en Motorcar con mi hermana.— explicó sentándose en uno de los bancos del parque.— preparando nuestro siguiente golpe.

Helena enarcó una ceja y negó con la cabeza.

— ¿Qué? Se acerca Navidad, no querrás que los niños malos se queden sin regalos.— dijo con sorna.

— Continúa.— lo instó Helena.— Por favor.

— Y lo siguiente que recuerdo es despertar en este mismo parque.— indicó señalando al suelo.— Con mi pistola descargada y una herida en el brazo.

Leonard se levantó la manga derecha de su parka para mostrarle a Helena la cicatriz.

— Yo tampoco soy capaz de recordar nada.

— Al volver a Central Lisa me explicó como sin ningún motivo me levanté de la mesa, me puse las gafas y saqué mi pistola. No sin antes tirarla contra la barra cuando trató de detenerme.— explicó en tono sombrío Snart.

— Tú nunca le harías eso a Lisa. — dijo la rubia sorprendida.

— Algo va mal, y no solo me pasa a mí.

— Si pudiéramos al menos recordar algo de lo que ha pasado.— se quejó Helena dejándose caer a su lado en el banco.

— Por suerte para nosotros, ya había pensado en eso.— reveló Snart.

Helena lo observó atenta esperando una explicación.

— Después de que Lisa me contará lo que pasó, decidí llevar un rastreador encima.

— Dime que ahora mismo lo llevas. — pidió Helena esperanzada.

Snart abrió su parka dejando ver un pequeño aparato electrónico con una luz verde parpadeando.

— Es hora de que encontremos respuestas.— dijo con una sonrisa.



Stuck in a fury - #WATAwardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora