Conociendo a los Nolan

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Narra Emma.

Luego de hablar con Jack, ordené que mi bolso y esperé a que Dana saliera del baño para avisarle que iría a buscar a mis padres al aeropuerto. Una vez que le hube dicho, caminé hasta que vehículo, el cual mis padres me habían enviado desde Maine por un tema de seguridad, ya que habían rumores de desapariciones de jóvenes en la ciudad. Conduje de manera precavida todo el trayecto y al cabo de una hora llegué hasta mi destino.

Aparqué mi automóvil en el estacionamiento y luego subí el ascensor hasta el tercer piso, que era por donde salían las personas una vez que sus vuelos arribaban. Esperé unos minutos a que llegaran y mientras tanto compré chocolate caliente, porque aún hacía mucho frío, al tomar mi primer sorbo, ocurrió lo de siempre: quemé mi lengua, nunca aprendo la lección. Fue entonces cuando vi como se acercaban a lo lejos con sus maletas.

-¡Emma!- gritó mi madre al verme, se apresuró para abrazarme.

-¡Hola!- respondí con emoción.

-¿Cómo estás, hija?- preguntó mi padre, uniéndose al abrazo junto con Neal.

-Muy bien, ¿y ustedes? ¿qué tal el viaje?

-Todo estuvo bien- comentó Neal.

-¡Te he extrañado mucho, pequeño salvaje!- dije abrazándolo, o mejor dicho, ahorcándolo.

-Sí, sí... Lo sé- habló con tono egocéntrico.

-Idiota- solté divertida.

-Bueno, chicos, ¿qué tal si nos vamos?- preguntó mi padre cargando el equipaje.

-Claro, papá- respondí-. Vamos al vehículo.

Acto seguido comenzamos a caminar hasta el ascensor, una vez que éste hubo llegado descendimos hasta el estacionamiento, mi padre puso las maletas en el auto y luego todos nos subimos a éste. Mientras yo conducía, mi familia se encargaba de ponerme al tanto de cada cosa que pasó en Storybrook durante este mes, aunque claro, no eran muy emocionantes, eso de "Pueblo chico, infierno grande" no se aplica a Storybrook, por lo menos no desde que tengo memoria, todo es muy tranquilo.

-Y, cariño- comenzó mi madre-, ¿qué nos puedes decir de tu novio?

Cuando les llamé a mis padres para informarles de Jack, casi sufren de un paro cardiaco, por lo del tiempo y todo eso, pero al cabo de unos días, pudieron aceptarlo sin hacer más reproches y accedieron a participar de la cena preparada por Lilly.

-Bueno, su padre sirve como comandante en la Séptima Flota y su madre es abogada. Se graduó de la escuela con reconocimientos académicos, pero lo que me importa más es que él se preocupa por mi felicidad.

-Nos alegra oír eso, hija- dijo mi padre, miré por el retrovisor y vi como sonreía.

-¿Qué? ¿Lo de los reconocimientos?- bromee. Neal rió.

-También- comentó mi padre y mamá le pegó un codazo.

-Emma...- dijo mamá con tono de reproche-, sólo nos interesa que seas feliz.

-Lo sé, y lo soy- finalicé.

Los llevé hasta el Cedar Creek, el hotel donde se hospedarían, con ayuda del inspirado GPS, para que pudieran registrarse y acomodar las maletas. A continuación me despedí para que terminaran de arreglar todo y pudieran descansar tranquilos ya que era de noche. Volví al campus al rededor de las 22:00 y al llegar, el cuarto estaba vacío, Dana debió salir, lo que me pareció un tanto raro, porque no suele hacerlo sin decir nada, pero probablemente lo olvidó.

Te necesito, ¿Y tú?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora