Carta veintitrés. [Miku].

1K 126 31
                                    

Viernes 11 de junio 2015

Querido Len:

¿Alguna vez te has sentido así?
¿Que, alguien toma miles de pequeñas agujas y encaja éstas en tu corazón una y otra vez?, ¿Casi usando el término de apuñalar a este órgano tan importante?

Pues en estos momentos me siento así, y mucho peor.

Te diré la razón por la cuál me empezaste a gustar.
¿Recuerdas el día del festival anual de nuestro colegio?, El que acaba de pasar.
Yo estaba muy emocionada por el concierto que nuestro club había preparado, en ese entonces yo te veía como un amigo más.

En ese día, había llegado temprano, casi nadie de nuestro club había llegado, de hecho fui la primera.
Tomé la desición de ir al aula de música a esperar a los demás.
Habían pasado cerca de seis minutos y vi que alguien había entrado al aula. Era Gumo.
Lo saludé con normalidad, como a cualquiera y se sentó a mi lado; comenzamos a conversar de cosas sin sentido hasta que se empezó a acercar mucho a mi.
Un miedo algo grande se presentó en mí, pues no detenía su trayectoria, me levanté de mi lugar y caminé hacia atrás; pero él seguía caminando hasta que me acorraló contra la pared.
Dios, agradezco que hayas llegado a detenerlo, el quería besarme, iba a perder mi primer beso, así, pero tú lo impediste.

Recuerdo cómo lo apartaste, y cómo me defendiste, le habías gritado cosas como "no invadas su espacio", "déjala tranquila", no te le acerques"; pero lo que más recuerdo fue lo que dijiste al final.

"Una chica tan linda como ella no merece ser acosada por un pedazo de basura como tú".

Me sentí protegida por ti, que nada malo me iba a ocurrir.
Conocí tu verdadero yo, esa personalidad que casi no demostrabas.
Me empecé a enamorar de ti después de eso.

¿Sabes porqué empecé a mandarte cartas justamente los viernes?
Fue por que un día le habías comentado a Kaito, que el viernes era tu día favorito de la semana, ya que te tocaban ensayos.
Los viernes también eran mis días favoritos por la misma razón.
Adoraba practicar las canciones que la profesora Meiko nos asignaba; sólo a los dos.

Te juro que voy a atesorar esos y muchos momentos más que pasamos juntos. Son de mis recuerdos más preciados, aquellos que no cambiaría por nada en el mundo.

Se siente de alguna manera triste el no saber las cosas que sucederán después, aunque la vida no tendría sentido alguno si supiéramos siempre el futuro. Aunque el precio sea doloroso.
Esa, esa es una de las cosas que más amo de la vida.

Sabes que te amo, y mucho, amo todo de ti.
Tu hermosa cabellera dorada, la cual solías atar en un coleta.
Tus tan preciosos ojos azules, tenían el efecto de que cualquiera se perdiera dentro de ellos, con un gran deseo de no querer salir jamás.
Tu forma de pelear con tu hermana por pequeñas cosas que pasan.
Tu forma de pensar las cosas.
Tu forma de afrontar los problemas.
Todo tú me gusta, lo amo.

Desde que empezó tu enfermedad supiste que contabas conmigo.
Cuando tu relación amorosa terminó, tenías mi apoyo, aún cuando yo estaba destrozada por la noticia; aunque no tanto como ahora.

Hubiera deseado pasar más momentos hermosos contigo, pero la vida quiso que nos quedáramos con los que ya teníamos, y quiso que los amáramos por siempre.

Te voy a extrañar mucho.
No sabes cuánto.

¿Cómo me enteré?
Pues por una simple visita. No sé si llegué en buen o mal momento; pero lo hice.

Tus padres estaban llorando de la manera más desgarradora que pude haber visto en toda mi vida.
Tu madre gritaba a todo pulmón, negándolo.
Tu padre estaba pálido. No le salían palabras de la boca. Se quedó mudo mientras un par de lágrimas silenciosas visitaban sus mejillas.
Rin, como me dolió verla. Estaba en el mismo estado de tu madre, sólo que ella yacía tirada en el piso sobre sus rodillas.
Ella al verme entrar a la sección, en la cual tú estabas, con una cara de confusión, se levantó rápidamente y corrió hacia mi para abrazarme.
Me contó todo.
Todos dijeron que tu enfermedad no tenía nada que ver, sólo que, ya era hora.
Que ocurrió cuando dormías.
¿Quién lo diría?

Han pasado al rededor de cinco horas desde que me enteré, y sigo sin creerlo.
Sigo sin creer que hay veces donde la vida te arrebata cosas muy importantes para ti; pero quiero pensar que es una pesadilla, un mal sueño que pronto acabará.
Me estoy engañando, ¿No?
Te amo y te amaré por siempre, no lo dudes nunca.

Te prometo, prometo que algún día nos volveremos a ver, Len.
Lo prometo.

Si mal no recuerdo, hoy te iba a decir mi verdadera identidad.

♥ Con cariño, Miku. ♥


La chica aguamarina, aún sin creer que su primer amor le fue arrebatado, terminó de escribir su última carta a su amado con lágrimas invadiendo sus ojos.
Dos días después sería la ceremonia para despedir a Len.

Ahí sería donde le entregaría su última carta.

Tinta Azul. [Miku x Len] ||Finalizada||Where stories live. Discover now