Tinta Azul. [Miku x Len] ||Finalizada||

Carta veinticuatro. [Len].

Dos días habían pasado del fallecimiento del joven Kagamine.

Tanto su familia como una chica por apellido Hatsune y amigos se dirigían al lugar donde se daría el último adiós a aquel rubio.

Hatsune Miku llevaba en manos su última carta, adornada con un sobre azul y una estampa amarilla.
Sus ojos contenían ojeras y algunas lagañas; a pesar de que lavó su rostro antes de salir de su hogar no podía ocultar su pena y dolor.

— Qué bueno que nos acompañas, Miku —con su voz, sacó de sus pensamientos a la chica.

— Rin —abrazó a la rubia, unas cuantas lágrimas se asomaron por sus ojos—. No podía faltar, tu bien sabes que Len era muy importante para mi.

Ambas chicas, al separarse, dieron marcha al lugar del entierro.
Eran pocas personas, solamente los familiares y unos cuantos amigos, incluyendo a la aguamrina; aunque no era necesaria una multitud de gente hipócrita despidiendo a una persona que no se tomaron el tiempo de conocer. Era mejor la calidez que ese pequeño grupo de gente transmitía.

Fue una ceremonia normal, algunos pasaron enfrente del ataúd a decir unas breves palabras.

Al terminar la ceremonia, todos los presentes se fueron retirando del lugar, dejando solamente a la joven que llevaba puestas dos coletas.

Antes de que enterraran a Len, se sentó en el suelo y comenzó a llorar silenciosamente mientras apretaba contra su pecho su carta.
Comenzó a recordar todos los bellos y maravillosos momentos que pasó al lado de su primer amor, y se prometió tanto a ella como a él que nunca lo olvidaría.

Se levantó del piso unos minutos después, sacudiendo su vestido negro, tomó la carta para después colocarla sobre la tapa de la caja, justo en frente de las flores.
Se quedó unos instantes más frente a él, hasta que una voz la sacó de sus pensamientos.

— Así que eras tú —rápidamente volteó con sopresa—. Es una pena que no lo haya sabido.

— Rin... —susurró para ella—. ¿Cómo? —agachó la cabeza con un poco de timidez.

— En el hospital, Len dejó esto para ti —estiró la mano, donde llevaba un papel doblado

La chica que tenia dos coletas como peinado tomó con sus delicadas manos el trozo de papel, observó a la rubia antes de abrirlo y ésta asintió, para después alejarse y darle privacidad.

¿Len le había dejado una carta?

Abrió el papel.

Jueves 10 de junio 2015

A mi admiradora secreta:

Quiero darte las gracias.
Por todo en realidad.

Tú me regalaste algo que nadie me había dado antes. Una felicidad enorme, el deseo de seguir con mi vida como la de antes.
Muchas gracias.

Puede que no sepa quién eres, dijiste que mañana lo dirías, aunque no creo estar para ese día.

Puede sonar estúpido en algún sentido esto, pero, me enamoré de todas las cosas hermosas que me dijiste en tus cartas. En cada una de ellas.
Me enamoré de tu forma de escribir tus pensamientos.
Me enamoré de tu particular forma de escribirlas.
Y cómo amé tu firma.

Creo que resumiéndo todo esto, me enamoré de ti. Mi amor secreto.

Quiero que sigas con tu vida.
Que sigas con esos pensamientos tan hermosos que tu cabeza contiene.
Que veas la vida de la manera en la que me hiciste ver a mi.

Te amo, mi amor secreto.

Gracias por enamorarte de mi, y de lograr que me enamorara de ti.

♥ Con cariño, Len. ♥

Con los ojos lagrimosos, y con una sonrisa en su rostro, Miku abrazó esa carta con todas sus fuerzas.
Su amor al parecer era correspondido.

Decidió guardarla como la cosa más especial que pudo haber recibido, además de sus recuerdos.