Extra

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3 AÑOS DESPUÉS

Miro divertida la escena que se desarrolla frente a mi, toda la familia reunida, mí familia, Karim ríe junto a su esposa de algo que Danna les dijo, Darío y su padre intentan inútilmente entablar una conversación con Sam pero esta solo le presta atención a su hermanito, Drew, solo tiene tres años, cabello castaño, ojos azules, en apariencia tiene la inocencia de Danna, mirada dulce, sonrisa juguetona, mofletes regordetes que te dan ganas de estrecharlo entre tus brazos y nunca soltarlo.

– que te hace tanta gracia? – pregunta Darío frunciendo el ceño.

Sam me mira y me lanza una tímida sonrisa para después volver a la difícil tarea de hacerle comer la papilla de verduras a su hermano, cuando Darío intenta darle de comer, siempre termina con la cara manchada de papilla pero ahora, con una simple mirada por parte de Sam, su hermano abre la boca y recibe la comida de buena gana, ganándose la mirada sorprendida de su padre y abuelo.

– lo llevaré a dormir – hablo cuando veo como bosteza.

Ignoro la mirada fulminante de mi hija por robárselo y subo las escaleras con el pequeño en mis brazos, observo impresionada los rasgos tan parecidos a Darío, sus ojos son igual de azules, solo le falta tener pelo largo y barba de algunos cuantos días sin afeitar, me asusto solo de pensar en lo rápido que crece, su carácter es parecido a su hermano, me refiero a la intensidad, pues el pequeño revoltoso es todo un mimoso, en ocasiones se acerca a Sam y la llena de sonoros besos y saliva, me sorprendía que no lo quitase con un empujón como cuando Danna, a su edad, hacia lo mismo, en un intento de llamar su atención.

– mamá, me leerás un cuento? – pregunta mi pequeño haciendo un puchero adorable.

Nos tumbamos sobre su cama y cojo el libro que no pienso leer, ese es el trabajo de su padre, que no tarda un segundo en cruzar la puerta, con una socarrona sonrisa me quita el libro y se tumba a su lado de manera que el este en el centro, atento a los dos.

– era se una vez...

En realidad a Drew no le gusta los cuentos, porque siempre se distrae mirando alguna otra cosa, como las telarañas de plástico que me obligó a colgar en el techo de su habitación, o en algunas ocasiones lo sorprendo mirándome fijamente, como ahora, con una sonrisa empujo a Darío a un lado y empiezo a dejar sonoros besos por su cara mientras el ríe feliz, mi marido no se hace de rogar y en un abrir y cerrar de ojo él ya tiene sus labios sobre él estómago de mi pequeño haciendo graciosos ruidos cuando sopla con fuerza.

Una hora después conseguimos que se quede dormido, con un suspiro cierro la puerta detrás de mí, nunca hice estas cosas con las mejillas, tal vez por eso Sam es tan...fría, recelosa, incluso a veces se comporta de manera brusca y golpea a su hermana, pero cuando se da cuenta de lo ha hecho, empieza a llorar y no deja que nadie la toque, ni siquiera yo y eso duele, se va corriendo a su habitación y se encierra hasta el día siguiente fingiendo que nada pasó la noche anterior, no le pide perdón a su hermana y tampoco se muestra arrepentida, lo que me lleva a pensar es que tal vez su mente decide bloquear esos recuerdos, cosa que realmente dudo.

– sabes, hace días que tengo ganas de ti .

Como un felino se acerca a mi, antes de que pueda inventar una excusa, además que tenemos invitado, ataca mis labios posesivamente y yo me dejo hacer, me olvido completamente de todo lo demás y me centro en mi marido, en sus caricias, al menos hasta que un grito en la planta baja nos hace separarnos a regañadientes, Darío bufa frustrado y bajamos.

En realidad no me sorprendo al ver lo que pasa abajo, Karim sujeta a Sam de lo hombros, tiene los puños cerrados y una mirada amenazante dirigida a su hermana, que empieza a llorar y a sobarse al mejilla, al parecer ella le golpeó, no sé qué pudo haberle dicho Danna para provocarla de esa manera, pero no es razón suficiente para que la golpee.

Darío como siempre controla la situación, prefiero no meterme, él sabe lidiar con la pequeña rubia, la castaña es un tema aparte, pero es mejor dejar que se relaje antes de hablar con ella, Sam tiende a actuar por puro impulso, sin mirar quién es su víctima, solo espero que con el tiempo cambie y se vuelva más relajada con su hermana, por supuesto eso no pasó, a medida que iba a pasando los años, ella se volvía más rebelde, podía desaparecer por días, a veces no llegaba a casa en una semana entera, discutía más con su padre, ella no lo respeta, al menos no la mayoría de veces, a mí más bien me tiene algo de miedo, no es respeto, es temor.

Sam con lo años fue cambiando, se hizo más hermosa y más atrevida, caminaba como si fuera dueña del mundo, con el mentón en alto y el semblante frío, cualquiera que la viera pensaría que es un personaje difícil de ser alcanzado, y era así, para ella nadie era mejor, por supuesto tampoco menos, pero tenía ese orgullo y poderío en su mirada fría, intimidante, nadie se atreve a aguantarle la mirada, ella podría ser fría y al segundo volverse explosiva, ella sabe controlar su carácter, pero cuando explota, no había nadie que pueda detenerla, arrasaba con todo, si quiere algo lo consigue aunque tenga que pisar personas, aunque eso signifique pasar por encima de nosotros, lo haría, la he visto defender personas en el juzgado tantas veces como la he visto meterse en peleas, en ninguna de ambas salía mal parada, ella siempre ganaba, salía de esos problemas sin ningún rasguño, sin despeinarse ni perder su cartera en el proceso, es toda una mujer con poderes y seguridad en sí misma, las revistas no se cansan de tomarle fotos con un chico diferente cada día, muchos iban a la televisión a describir con pelos y señales la noche de pasión que tuvieron con mi hija, por lo que Darío se niega a encender la televisión y ver cómo su hijas es tomada como una zorra, la zorra Evans, sin embargo a ella lo parece afectarle nada esos comentarios, aunque más de una vez ha callado la boca de algunos y no precisamente con palabras, tal vez dejar que Miguel la entrene en las artes marciales no fue una buena idea después de todo, la seguridad de ella aumento hasta el punto de no dejarse intimidar ni por el hombre más grande y fuerte del mundo, varios vídeos salen cada dos por tres de las peleas que ella tiene en las discotecas que va cada noche, a mi marido le preocupa que un día acabe entre rejas o en un ataúd, yo sin embargo confío en mis hijos y sé que eso nunca pasará, ella nunca nos necesitó, ella sabe cuidarse las espaldas, la libertad de elegir es algo que me permito darles a mis hijos en cuanto a su vida personal, el tema escolar es un tema bastante delicado y obligatorio, no quiero hijos vagos y tontos.

En realidad no me preocupa que cometiese algún desliz o una tontería, ella es demasiado inteligente como para caer, pero claramente me equivoqué, había metido la para hasta el fondo y Darío no iba a perdonárselo, estaba dispuesto a darle la espalda para que aprendiese la lección, yo por supuesto me negaba a dejarla ir, pero tal vez, tal vez es necesario, solo espero que no termine peor de lo que empezó.

DANGEROUS: RESURGIR Donde viven las historias. Descúbrelo ahora