CAPÍTULO 19

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      - ¡Ah!- gritó James.- ¿Quieres tener más cuidado, chucho?
      - No seas marica, Prongs.- le contestó Sirius sonriendo.

     Ambos estaban en la habitación de Sirius, desordenada como siempre. James, recién duchado estaba en pantalones cortos mientras Sirius le examinaba y curaba las heridas de su abdomen y hombros producidas por un hombre-lobo rabioso.

     Pero la manera de curar de Sirius dejaba mucho que desear, sus métodos eran aplicar un buen chorro de poción desinfectante, que según James "escocía de cojones", para después untar las heridas con poción y ungüentos cicatrizadores.

     En este momento se hallaban en la primera fase y James aullaba de dolor.

     - ¡No soy marica!- protestó el chico de gafas aguantando un grito con una mueca.
     - Si te estuvieras quieto no te dolería tanto.- contestó Sirius concentrado en su tarea.
     - Tu podrías hacerlo con un poco más de cariño.- le contestó James mientras su amigo le tapaba el arañazo del hombro con una gasa protectora.
     - No te preocupes Jimmy, cuando acabe te daré un besito para que te relajes.
     - ¡Que te jodan!
     - ¿Con esas expresiones quieres que esté cariñoso contigo?- volvió a aplicar poción desinfectante.- Me cortas el rollo, tío.
     - Otra cosa te voy a cortar si no acabas ya.- amenazó James aguantando el escozor.

     Sirius chistó con la lengua y siguió con su trabajo, sólo faltaba el gran arañazo del abdomen con el cual Remus había derrumbado a James la noche anterior.

     El chico se inclinó y puso atención a la parte baja del estómago donde estaba la herida, ésta sangraba un poco. Comenzó con echarle un chorro de agua fresca con la varita y James se sintió mucho mejor.

      De pronto la puerta se abrió y Vanessa apareció en el umbral observando una imagen que no dejaba mucho a la imaginación. La cara de placer de James y Sirius arrodillado con su cabeza entre sus piernas lo decían todo.

      - ¡Oh! Lo siento- exclamó nerviosa tapándose los ojos.- Veo que estás ocupado.

     Se dio la vuelta, roja como un tomate y salió de allí.

     - ¿Norwood?- pregunto James sin darse cuenta de la situación.
     - Mierda.- maldijo Sirius, que salió detrás de ella.- ¡Vanessa espera!- la llamó en el pasillo.- No estoy ocupado ¿qué querías?
     - N-nada, podemos hablar en otro momento.- contestó ella nerviosa ¿¡Black y Potter eran de la otra acera!?- Vuelve, Potter se ha quedado a medias.
     - ¿Lo has visto?- preguntó Sirius preocupado, si Vanessa le hablaba a Lily de las heridas, la pelirroja no tardaría en atar cabos.
     - ¡No!...Bueno sí, es decir, veo muchas cosas...
     - Por favor, no digas nada...- le suplicó Sirius con el ceño fruncido.
     - ¿Qué...?
     - ¡Eh Sirius!- James acababa de salir de la habitación.- Ya podéis pasar si queréis.- <<¡Maldito Potter! ¿Y esa sonrisa pervertida?>> los pensamientos de Nessa y Sirius fueron los mismos, aunque con diferente sentido.- Ya me terminarás eso luego ¿vale, Padfoot?

      - Cuando quieras, Jimmy.- contestó Sirius.- ¿Vamos a mi cuarto?- le preguntó volviéndose hacia Vanessa.

     La chica que estaba completamente roja, <<¿Cómo que ya me terminarás eso luego?>> pensaba ésta.

     - N-no hace falta.

     - Vaaaamos.- el moreno la cogió por los hombros y la empujó hasta su habitación, preguntándose a qué habría venido.

     <<Vanessa tranquilízate... sólo ha sido un error, no es lo que parece, Black simplemente... ¿¡Qué!? ¿Le estaba dando un masaje? ¿Estaban haciendo yoga? ¿O curándole una herida?......... ¡No puede ser! ¡Es lo que parece! ¡Black y Potter son gays!>>

Nunca digas nunca (Lily & James)Where stories live. Discover now