"De las chicas buenas no se espera eso, cariño"
Ágilmente me dio la vuelta para que mis ambas piernas quedaran a sus costados y sentí como sus dientes apresaban mi labio inferior, el rubor de mis mejillas se intensificó y bajé mis manos a su cuello, a lo que el toscamente las apartó.
- ¿Acaso no entiendes que tus padres te pusieron hoy a mi disposición? Eres una cría, pero una buena, de lo contrario no hubieses captado mi atención- sus manos no se apartaban de mi cuello y me miraba con una risa irónica; por un momento mi mejor amigo desapareció de mi mente, mientras sus dedos apretaban suavemente la piel de mi cuello- mi niña, tenemos un largo camino que recorrer.
Mi corazón latía rápidamente a la par que trataba de comprender la situación en la que me encontraba, ¿desde cuando Jesse se comportaba así y por qué no podía pararle? Mis ojos se detuvieron a analizarle; sus gafas de marco negro y definida estructura reposaban en su tabique y la perezosa sombra de barba empezaba a asomarse por su barbilla. Se veía cansado, con un aire de madurez que lograba atisbar cuando estudiaba y su rostro se veía más tenso de lo normal. Lo siguiente fue notar que su cuerpo no diferenciaba distancia con el mío; los botones de su camisa ejercían una leve presión sobre mi abdomen y la tela de su pantalón permitía que yo sintiese la forma de su miembro. Estaba excitado, y yo también.
- Y-yo... ¿No tenías que trabajar en algo?
-T-tú... ¿No querías un rato de atención?
