Compañeros

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Con Batgirl.

Un sonido agudo y algo desagradable despertó a Bárbara, que dormía plácidamente en su cama. La joven agarró su teléfono móvil y apagó la alarma que tenía conectada, para después mirar la hora.

Eran las doce de mediodía, realmente había dormido mucho, más que de costumbre. Supongo que eso de combatir el crimen a altas horas de la noche resultaba cansado y agotador.

La chica se incorporó e intentó desperezarse. A continuación, se levantó de su lecho y se dirigió al cuarto de baño para lavarse la cara.

La verdad es que ella no sabía qué hacer, solo quería que llegara la noche para poder compartir otra aventura más con Batman, y así atrapar a ese cabrón indeseable de la mafia.

Debía estar a punto para esta noche, asi que, y aprovechando para poder pensar, decidió ir al gimnasio para hacer ejercicio.

Se vistió acorde para la tarea, con una camiseta de tirantes rojo oscuro y unos leggins negros que remarcaban su perfecta figura, sus curvas de infarto y su despampanante trasero.

Se dirigió al lugar, y entró a la sala de ejercicios con una bebida energética y una toalla pequeña sobre su hombro. La joven se subió en una cinta para correr y empezó su sesión.

La mujer aguantaba bien el tipo mientras corría a una velocidad considerable pero no exagerada. Se podría decir que ella casi era una deportista de élite; pelear contra lo peor que ha criado esta ciudad requería una forma física más que óptima.

Mientras seguía corriendo, ya empapada en sudor, se dio cuenta de que todos los hombres allí presentes no paraban de mirarla.

--Ay, ya estamos otra vez. --La joven pensó en su cabeza sin detenerse de su actividad--.

Bárbara era de las únicas mujeres en aquel lugar, y por supuesto, era la más bella y la que mejor físico tenía, lo que llamaba la incondicional atención de todos los hombres.

Con sudor resbalando por su piel, su ropa ajustada, y mientras corría y dejaba una vista perfecta de su buen culo, los chicos de allí no podían estar más felices. Se estaban deleitando la vista con una hermosa mujer, a lo que seguramente pensarían que podrían ligar con ella.

Ella en cierto modo se sentía halagada de que provocara ese efecto en los hombres, y realmente podría tener al hombre que quisiera, muy pocos se permitirían el lujo de rechazar a aquella belleza pelirroja.

Pero Bárbara solamente tenía en su cabeza a un solo hombre. La pregunta es:

¿Él también la encontraría atractiva?

La mujer siguió pensando en eso hasta que empezó a sentir el cansancio invadiendo su cuerpo. Paró la máquina de correr y se secó el sudor que pudo con su toalla. Mientras tanto, el personal masculino trataba de apartar la vista para que la chica no se enterara de que la habían estado devorando con la mirada. Pero Bárbara no era tonta.

Se dirigió al vestuario para ducharse, no sin antes andar provocativamente delante de los hombres, torturándolos para que no pararan de mirarla.

Esto a ella le parecía gracioso; era realmente deseada por muchos y pensar que tendrían que sufrir una ducha de agua fría por su culpa le divertía.

Cuando llegó a su apartamento, se quitó toda la ropa y una idea pasó por su cabeza. Se detuvo delante de su espejo para ver bien su cuerpo enteramente desnudo.

Era realmente hermosa, caliente y despampanante, un cuerpo que incitaba a la locura total y absoluta. Siempre tuvo una buena vida sexual, pero nunca consiguió tener una relación estable con nadie. Además de que tampoco quería, no tenía mucho tiempo que dedicarle a eso.

BATMAN: Love and painDonde viven las historias. Descúbrelo ahora