Ya ha terminado el año escolar. Sí, ya han pasado cinco meses después del accidente de Flappy.
Lamentablemente Flappy no podrá caminar más, lo cual es una verdadera tragedia para el equipo de fútbol del colegio, próximamente mixto.
Además de que él quedara invalido de por vida. Su cerebro sufrió un pequeño trastorno, dejándolo con sólo movimientos impulsivos de sus brazos y sonrisas torcidas.
Flappy, uno de los mejores deportistas del colegio, un chico alegre y divertido al mismo tiempo que competitivo y un poco arrogante, sí, ese Flappy jamás volverá.
Nosotros sus amigos y familiares habíamos lamentado el estado en el que se encontraría Flappy. Pero también estábamos agradecidos de que pudo sobrevivir.
Volviendo al fin del año escolar, mis amigos y yo habíamos acordado hacer una fiesta, para celebrar que por fin estábamos libres de tareas, exámenes y reglas.
Quedamos de hacer la fiesta en la casa de Stanley, ya que para su suerte sus padres habían salido todo el fin de semana por asuntos de negocios.
–Habrá alcohol ¿cierto?–preguntó Sean dirigiéndose a Stanley–Porque una fiesta sin alcohol, es como un unicornio sin cuerno.
–¿Osea qué?–soltó Stanley viéndolo raro–Que comparación más tonta, pero en fin–dijo encogiéndose de hombros–Contestando a tu pregunta, sí, sí habrá alcohol, mucho alcohol.
Eran la 1:00am y nosotros aún seguíamos disfrutando de la fiesta a la cual habían asistido algunas chicas amigas de Luigi y Sean.
No las conozco, pero igual no me importaba, yo mantenía la distancia entre ellos.
Decidí dirigirme hacia la mesa donde se encontraban bocadillos, botellas de Vodka y distintos tipos de vinos. No tengo la menor idea de donde pudo haberlos sacado Stanley, pero tampoco me importaba.
Decidí tomar una de las copas que ya estaban servidas,l a acerqué a mi rostro y la olfateé. No olía tan mal así que me armé de valor y le di un sorbo. Realmente estaba sabroso. Tenía un ligero sabor a uva y raspaba mi garganta, pero esa sensación me gustó.
–Ray,¿hacemos una competencia?–me retó Sean alzando una ceja, haciendo que me sobresaltará.
Esa frase hizo que me recordara de Flappy, de pronto me pareció escucharlo “¡Hey, Raydensito!,¿por qué no hacemos una carrera?”,sonreí levemente al recordar lo divertida que resultó ser.
–Eh,¿competencia?–pregunté algo dudosa, desasiéndome de los recuerdos de Flappy.
–Sí. Veamos quién puede acabarse toda una botella de Vodka en menos tiempo–dijo Sean sonriendo mientras cogía las dos botellas de Vodka.
–Por supuesto–respondí para aparentar tranquilidad. Aunque en realidad me sentía preocupada, pues jamás había probado una sola gota de alcohol, salvo hace algunos minutos.
Sean los abrió y sirvió en dos copas, me entregó una a mi y otra se la quedó él.
–¡Bien!–gritó Stanley tambaleando,al parecer ya había bebido–Tomaré el tiempo. Él primero que logre acabarselo antes que él otro gana.–informó poniendo el cronómetro de su celular–¡Ahora!.
Sean y yo comenzamos a beber con rapidez. Sentía que mi garganta estaba en llamas, pero las ganas de derrotar a Sean podían más y me impulsaban a seguir.
Finalmente Sean me ganó por unos segundos.
Después de eso sentía que mis piernas temblaban y todo a mi alrededor giraba como si estuviera en un carrusel.
Narra Ricardo.
Yo no había bebido más que solo tres copas.
Estaba sentado en una silla observando a Sean y Rayden como, después de acabar la competencia, caminaban como si fueran bebés.
–Oye nena,¿bailamos?–pregutó Sean dirigiéndose a la refrigeradora.
–¡Hey!,¿Y tú qué me ves?–se quejó Rayden molesto con los puños en alto, dirigiéndose al perchero con el que hace unos instantes había chocado.
Yo solo negué con la cabeza y me dirigí a Luigi, quien estaba un poco pasado de copas.
–Luigi,¿dónde dormiremos ahora?–le pregunté pues comenzaba a tener sueño y aunque la casa de Stanley fuera grande, solo tenia dos habitaciones más aparte de la de sus padres y la de él.
–¿Que donde vomitaremos ahora?–soltó confundido volteandose para verme–Pues en el baño ¿dónde más? tarado.
Decidí ignorarlo y me dirigí hacia los aparatos de sonido de Stanley. Apagué la música que aún sonaba a todo volumen y me dirigí hacia Stanley, que luchaba con una almohada.
–Toma esto,y esto,toma maldito–decía Stanley con dificultad mientras daba torpes golpes a la almohada.
–Stanley,¿dónde dormiremos?
Él se paró de inmediato y me señaló con su dedo índice.
–Dormiremos en...en–no pudo terminar la frase y se dejó caer nuevamente en el sofá.
"Esto va a ser difícil" pensé masajeando mi sien.
ESTÁS LEYENDO
11:11-Ser Normal
Teen FictionSospecho que mi padre me creía hombre. No estoy alucinando, tal vez él siempre quiso un hijo. La verdad es que no lo sé,pero lo que sí sé es que soy como una mujer vestida de hombre ¡Literalmente! Pantalones, gorras, tenis. Todo de hombre. Con el ti...