Apomeda (S&B)

320 51 15
                                    

One Shot sobre personajes de la serie de libros "S&B"
Porque lo querías

El sol y el océano.

Andrómeda se acercó a la enorme hoguera con los ojos muy abiertos, llenos de sorpresa al ver a la joven, que tal vez era mayor por un par de años, avivarla cada vez más. No se quemaba, no se quejaba, estaba pacífica y con una pequeña sonrisa.

— ¿Te duele? —preguntó con su pequeña voz de niña.

La otra se volteó a verle, algo sorprendida.

—No —murmura y se aparta un poco de la enorme llama para inclinarse hacia ella—. ¿No deberías estar con tu hermana y Hécate?

La pequeña de grandes ojos azules se encogió de hombros y rasco su nuca.

—Meredith hizo que algunas cosas explotaran y se le cayeran encima, Cate está limpiándola —bajó la vista incómoda —. Se olvidaron de mí, creo.

Hestia hizo una mueca de pena y miró a los lados. El lugar estaba casi desolado y ella no tenía demasiado tiempo para cuidar de la niña. Entonces escuchó un silbido semejante a alguna canción de gran éxito y suspiró dándose por vencida.

Él aparentaba ser un chico de diecisiete años, alto, rubio y bronceado. Sus ojos dorados que normalmente daban miedo estaban tras unas gafas ray band. Apolo silbaba alegremente mientras caminaba con cierto estilo.

—Apolo —Hestia lo llamó, él giró la cabeza hacia ellas y levantó sus gafas—. Ven aquí.

Hizo su desplazamiento de unos varios metros caminando de forma divertida. Andrómeda sonrió soportando la risa mientras el rubio se le acercaba con picardía.

— ¿Qué necesitan de mí, damitas? —mira a la niña, le guiña un ojo, entonces se dirige a Hestia.

— ¿Podrías cuidar de Andy? No puedo hacerlo ahora y tampoco quiero dejarla sola.

—Ni lo preguntes —suelta él, moviendo la mano restándole importancia—. Venía por las niñas para dar un paseo de todas formas.

La pequeña gran sonrisa de Andy fue desapareciendo, pues ella ya estaba algo harta de toda la atención que Meredith lograba con sólo reírse (cosa que hacía cada cinco minutos). Apolo notó eso y se inclinó junto a ella, volviendo a ponerse las gafas a sabiendas que ella odiaba sus ojos dorados brillantes.

—Pero creo que ahora sería mejor tener una cita a solas con esta jovencita —le señala como si fuese la ganadora del mejor premio—. Tienes cara de querer viajar en un auto-sol.

El brillo en la expresión de Andrómeda volvió. Dio un pequeño salto antes de asentir sonriendo a más no poder. Ese sentimiento fue compartido con Apolo, quien, al verla así, sintió que su corazón se hinchaba.

Tomó la mano de la niña, ambos se dirigieron a la puerta  hablando sobre lo bonito que era cuando el sol aparecía, y también cuando estaba a punto de desaparecer. Ambos coincidieron en una cosa.

El sol era más hermoso cuando se levantaba sobre el océano. Al amanecer y al atardecer. Haciendo brillar a la gran masa azul, dándole vida.

Versatiles One Shots.Where stories live. Discover now