Axel se había armado de valor, y había decidido que iría al parque.
Allí vio el bolso de Gabriella, pero a ella no. Frunció el ceño, y entonces unas pocas burbujas salieron del medio del río.
Gracias a la limpia agua que corría por el río distinguió la camiseta rosa de Gabriella, y sus cabellos moverse al ritmo que el agua marcaba.
Abrió los ojos como platos, y sin pensarlo dos veces se lanzó al río.
Se sumergió bajo el agua, y la cogió por la cintura. La corriente era muy fuerte, y era difícil competir contra ella, pero logró dejarlos a los dos en la orilla. La sacó del agua, y respiró hondo, recuperando todo el aire de nuevo.
Salió del agua él también. Ella no respiraba.
- No, no, no, no... - repitió una y otra vez alterado, mientras presionaba su pecho - ¡No, Gabriella!
Tras varios intentos desistió, y se sentó en la hierba, a su lado.
Sus ojos rebosaban lágrimas. No podía creerlo, no quería creerlo. Comenzó a llorar, y entonces ella escupió agua, y respiró hondo, con los ojos como platos. Empezó a toser, y Axel, algo ruborizado, se secó como pudo las lágrimas, a pesar de que estaba empapado.
- A-Axel... - lo nombró con asombro, mientras lo miraba - ¿q-qué haces aquí?
Él no respondió. No sabía qué responder.
- Ya veo, sigues igual.
- Te he salvado.
- ¿Y si no quería que me salvaras? ¿Acaso crees que me he caído al río yo sola? ¿No crees que si estaba allí sería por voluntad propia?
Palideció. ¿Significaba...?
- ¿Te has intentado suicidar?
- Algo así. Déjame en paz.
- ¿Qué te ocurre?
- ¿Ahora es cuando te importa?
- No sé a dónde quieres llegar - claro que lo sabía.
- A que llevas desde los trece años ignorándome, ¿y ahora quieres hacerte el héroe? Vete.
- Tú me invitaste a venir.
- Ya no. Ya no quiero.
- Pues me quedaré porque quiero disfrutar del inminente verano - repitió las palabras exactas que ella había usado en la nota.
Lo miró con una pequeña sonrisa que no pudo ocultar, pero desvió el rostro.
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- Me tengo que ir, hasta mañana Axel - Gabriella no podía parar de sonreír, y con pesar se levantó.
No le gustaba alejarse de Axel ahora que había conseguido tener una conversación durante toda la tarde con él.
- Hasta mañana - él sonrió un poco, y se tumbó en la hierba, cerrando los ojos.
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Cuando ya solo faltaban unos metros para llegar a su casa, Gabriella se chocó con un grupo de chicos. Le daban mucho miedo.
- Lo siento - titubeó.
- No te preocupes bonita - aquel tono de asesino serial no le gustó nada a la chica, pero rápidamente los esquivó y entró en su morada.
Suspiró al sentirse segura. Cenó algo rápido, sus padres no estaban, pero no era raro, siempre trabajaban hasta tarde.
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Summertime © 2017
Short Story'Red lips, summertime' Él era el misterioso de la clase, el que pasaba delante de su casa todas las mañanas, pero que nunca la saludaba. Ella era la reina estudiantil, todos querían hablar con ella y ser sus amigos. Él estaba enamorado de ella desd...