15. Celos

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A lo largo de sus años, en plena consciencia de sus intereses románticos, Sungmin nunca previno que iba a ser causa de un caos de tal magnitud. Había arruinado lo que tendría que haber sido un encuentro grandioso.

Y ahora se sentía como un gran imbécil.
Sus párpados pesaban más de lo normal, haciendo notar y recordar la mal noche que había pasado.

—Maldición —recordó que su compañero de cuarto estaba al tanto de todo —Joder —había recordado que Ryeowook aún no sabía lo peor.

¿Y cómo él se había informado que su compañero de cuarto le había descubierto -no del todo-?

Bastó con ver a unas cuadras de su casa la silueta del hombre con quien no debió cruzarse. Ver al director esperando a alguien le hizo pensar que mejor era dormir en un hotel cercano. Pero cuando la mirada del joven director se posó en él, Sungmin no tuvo más remedio que seguir su camino y hablarle.

Siwon no se amilanó al expresarle todo lo que había hablado con Ryeowook. Le dijo, además, que su conexión con Jongwoon era tan estrecha que si  pretendía mentir más iba a ser él mismo quien le frenaría.

«Que buenos amigos tiene Jongwoon» pensó el rubio.

Así que ahora tenía dos opciones: contarle todo a Ryeowook y disculparse seriamente, o irse de ahí por la vergüenza acumulada.

Sungmin se adentró en su mundo de ideas y deseos. ¿Cómo pudo ser capaz de actuar así?  Si antes él mismo prodigaba que había que estar feliz por personas que se amaban, y ahora era la causa del desastre en el que se encontraba Jongwoon.

La respuesta era simple: Kangin le había jodido la existencia.

Estaba tan ensimismado en sus pensamientos que no había oído el timbre del apartamento. Tuvo que pasar 3 toques más para que el rubio aterrice en el mundo real y camine hasta la puerta, suspirando cansadamente pues pensaba que quien se encontraba del otro lado era su compañero de cuarto.

¡Cuán equivocado estaba!

Cuando la puerta fue abierta y ante él se mostró la imagen de quien menos esperaba, pensó que el día no le podía ir peor.

—Sungmin...

Los ojos del chico de cabellos de oro se agrandaron en un gesto de sorpresa absoluta. Ni en sus peores pesadillas se imaginaba un encuentro con aquel ser.

—¿Qué estás haciendo aquí? Te dije que no quería volver a verte.

—Quería saber si estabas bien, no me regañes por favor — el sujeto se abrió camino hacia el interior pero Sungmin fue más rápido y le frenó poniendo los brazos en cada lado del umbral.

«Ya, ahora que esto ha pasado mis límites» pensó al momento que sus palabras brotaron sin medida alguna.

—Te ha mandado tu hermano ¿verdad, Kyuhyun?

El nombrado sintió una punzada en el pecho al escuchar aquello. Su hermano, Kangin, sí que había dejado una herida grave en el corazón de Sungmin. Pero por eso él estaba ahí, quería reparar lo que su idiota hermano había hecho, repararlo a su modo porque aún con todos los desprecios que le había hecho el rubio en el pasado, Kyuhyun seguía sintiendo lo mismo (o más) por él.

El cariño se había transformado en amor.

Qué se joda su hermano, él era distinto.

***

Profesor Kim ➸ YewookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora