La Sonrisa Que Nunca Desapareció

III.- Equipo Siete (Editado)

Los siguientes días para Naruto fueron los más sencillos, aún tenía que pasar algunas semanas en el hospital ya que las quemaduras había sido bastante graves incluso su cuerpo no podía soportar su propio peso pero con rehabilitación poco a poco fue recuperándose y las quemaduras sanaron dejando solo unas leves cicatrices en todo su lado derecho.

Los siguientes meses y años fueron realmente difíciles para el kitsune, tuve que aprender a hacer todo de nuevo, él iba a continuar con su sueño, con el camino que quería seguir y no iba dejar que el estar ciego lo detuviera. Tuvo que aprender a ser un ninja sin vista y fue difícil pero no todo era malo porque sus otros sentidos se habían incrementado y con el entrenamiento adecuado se volvió muy letal, Kurama lo ayudó a controlar el chakra de una manera que pudiera ver las formas de las cosas, podía ser ciego pero no lo era todo el tiempo gracias al poder del zorro dentro de él.

El chakra que desprendía todos los seres humanos le ayudaban a Naruto a poder, por eso tenía las habilidades de cualquier ninja y se había convertido en el mejor.

En esos años las cosas habían cambiado bastante, el rubio era conocido como Uchiha Kuro, el mellizo del azabache que había estado estudiando en casa gracias a un accidente donde quedo ciego.

Minato y Kushina no se había dado cuenta de que Naruto había desaparecido incluso había convivido con él como Kuro, los Uchiha estaba furiosos con ellos ya que no eran verdaderos padres.

En la academia Sasuke y Naruto eran los populares pero no todo fue así siempre, al principio los chicos solía burlarse de Naruto por cubrir sus ojos pero Sasuke se encargo de que no molestaran a su hermano aunque a Naruto realmente no le importaba y los demás comenzaron a respetarlo cuando comenzó a mostrar sus habilidades.

Hoy era el día donde les dirían su equipo y maestro durante los siguientes años, todos estaban emocionados y eso incluía a Kuro, eso hacía feliz a Sasuke, su relación había cambiado bastante desde el accidente, el azabache estaba todo el tiempo a lado de su hermano y solo con él se mostraba alegre, con los demás era serio y frió, todos sabían que los mellizos Uchiha jamás se separaban, eran ele quipo perfecto.

Iruka entró al aula donde comenzó a nombrar a los estudiantes asignando a los equipos y maestros.

- El equipo siete será conformado por Uchiha Sasuke, Kuro y Haruno Sakura – dijo Iruka sonriendo hacía a Kuro, el maestro le tenía un aprecio especial al chico además de que él era de los pocos que conocían su verdadera identidad – Su maestro será Kakashi

- Kakashi – susurró Kuro con una sonrisa adornando su rostro

El ninja no solo iba a ser su maestro sino que lo conocía desde que era niño y era como un hermano mayor para él, él también sabía acerca de su verdadera identidad y siempre lo protegió cuando podía. Era su familia después de todo.

- Todo estará bien – le susurró Sasuke esbozando una ligera sonrisa, el rubio asintió

Al salir Mikoto los esperaba y envolvió a sus hijos entre sus brazos con fuerza.

- Mis niños, estoy tan orgullosa de ustedes, ¿Quién es su maestro? – preguntó emocionada

- Ya no somos niños – dijeron al unísono haciendo reír a la mujer

- Y Kakashi será nuestro profesor – dijo Kuro feliz, amaba escuchar a su madre feliz

Mikoto vio a sus hijos feliz, ella estaba realmente orgullosa de sus hijos y admiraba a Kuro por haber superado todos los baches que la vida le había dado sabía que él sería un gran ninja, quizás el mejor de su generación.

Kushina se acercó a ellos haciendo que la azabache cambiara su sonrisa por un rostro serio al igual que Sasuke, Kuro seguía tranquilo, no le tenía rencor a su madre biológica.

- ¡Felicidades Sasuke, Kuro! – exclamó Kushina viendo a los menores

Sasuke miró a la pelirroja de manera fría y seria logrando que su sonrisa titubeara un poco, nunca había entendido porque el Uchiha parecía odiarla tanto.

- Gracias Kushina-san, mi hermano dice lo mismo – dijo Kuro esbozando una ligera sonrisa mientras pasaba su brazo sobre los hombros del azabache

Kushina miró a la azabache pero está solo aparto su mirada para regalarles un sonrisa a sus hijos.

- Es mejor que se reúnan con Kakashi, los veo en casa. Tendré la cena lista y serán sus platillos favoritos – les dijo Mikoto acariciando el cabello de sus hijos para después alejarse de ahí

Como era obvio Mikoto había cortado su amistad con Kushina, no podía estar cerca de la mujer que le hizo tanto daño al que se suponía que era su hijo además de que era el niño más tierno y valioso que había pisado la tierra.

A veces odio tanto a esa mujer

Kuro esbozó una ligera sonrisa al escuchar a Kurama, el zorro de verdad detestaba a Kushina pero no se dejaba llevar por el odio, el rubio no permitía que esos sentimientos envenenaran al zorro.

Los chicos dejaron a la esposa del hokage sola para buscar a Sakura que los esperaba e la entrada de la academia.

- Hola chicos – los saludó la chica tratando de ocultar su felicidad pero era algo imposible, estaba realmente emocionada por estar en el mismo equipo que el chico que amaba y al que admiraba

Esperaron durante unas cuantas horas hasta que Kakashi apareció frente de ellos.

- A buena hora llegas – dijo Sasuke irritado, él solo quería irse a casa y comer

- Me perdí en el sendero de la vida además había una señora que necesitaba mi ayuda y... - paró al ver la ceja levantada de Kuro, quien tenía sus brazos cruzados sobre su pecho – De acuerdo

- Es bueno verte Kakashi – le dijo Kuro divertido

- ¿Ya se conocían? – preguntó Sakura sorprendida

- Algo así, digamos que me cuido cuando era niño además de que también conocí a nuestro hermano mayor - explicó Kuro

- Será interesante llevar a este equipo pero siento que será un grande – dijo Kakashi

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Las pruebas que Kakashi les ponía constantemente a los chicos los hacía crecer y el mayor se sentía orgulloso, desde el principio salieron a misiones y cumpliéndolas de manera excelente, claro que de vez en cuando las cosas se complicaban pero sabían trabajar en equipo y más cuando los Uchiha planeaba todos, ambos chicos eran bastante inteligentes y juntos no había nadie que pudiera detenerlos.

Había pasado un año desde que el equipo siete fue formado, se encontraban en Suma donde en una batalla Kuro terminó separándose del equipo y perdiéndose en el bosque maldiciendo a su suerte.

Podría ser peor

En ese momento comenzó a llover, una tormenta había caído sobre él.

- Tenías que darme mala suerte – dijo Kuro negando con la cabeza mientras seguía caminando

Siguió caminando por horas sin parar y eso le estaba cobrando fractura, su cuerpo se sentía débil y había notado que su temperatura había aumentado, su cuerpo cedió ante el cansancio y cayó al suelo inconsciente. Un hombre se acercó a él tomándolo entre sus brazos.