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"Fuentecita que corre, clara y sonora. Ruiseñor que en la selva canta, no llora. Calla mientras la cuna se balancea, a la nanita nana, nanita ella.

[A la Nanita Nana (Canción de cuna popular hispana)]



Extrañamente, Jay ya no necesitaba contratar prostitutas en su viaje. Tenía la compañía de Charlotte, en los ámbitos sexual y sentimental. A veces si se escapaba con los demás a esos prostíbulos del extranjero, pero sólo para beber licor.

Consideró por unos días que quizás sí le hacía falta compañía sentimental. Es que ya a sus 33 años necesitaba sentar cabeza... o que alguien se lo dijese.

¿Jaebeom se sentía solo? Ya no. Según él.

Charlotte era la cosa más loca e interesante que le había pasado en su vida. Y vaya que le han pasado cosas locas. La quería tanto que a veces se detenía a verse en el espejo y hablaba solo. Se preguntaba cosas como "¿y si ella se va? ¿Si se cansa de la vida ajetreada junto a un idol?", porque ya le había pasado.

En los días libres, muy de vez en cuando que se permitían eso, ella iba a casa de Jay. Charlotte tenía su apartamento, pero quería pasar más tiempo con Jay fuera del trabajo, así que iba a pasar esos días con él. Para ella el sexo era experimentar siempre, porque siempre era diferente, era interesante para ambos.

Últimamente Charlotte se sentía mal. Le daba migraña cuando se estresaba, y tenía hambre pero lo que Jay normalmente comía le desagradaba. Eso de platos exquisitos le desagradaba, ella quería grasa. Comida chatarra. Hamburguesas, pizza, hot dogs, donas, malteadas, frituras.

Más de una vez en la semana Jay la encontraba tomando café con soda y papas fritas. Y soltaba algo como "mierda, vas a pasar un mes en el baño", ella le sacaba el dedo medio y seguía imprimiendo los itinerarios.

Luego de lanzar un álbum completo que les llevó más de un año de trabajo, pasó el tour, y luego las promociones. Entonces llegaron los amados días libres luego de ser llevados al límite del estrés.

Mientras Jaebeom bajaba las maletas de su pelirroja, ella tenía el ceño fruncido y caminaba lento, la miró de reojo.

– ¿Te sientes bien? – preguntó mirándola como si fuese un alien.

–No. – admitió. –Creo que esas papas fritas de bolsa estaban vencidas...

Caminaron en silencio por la recepción del edificio, en el ascensor se escuchó la revolución en el estómago de Charlotte hasta que eructó. Ella abrió los ojos de par en par y se sonrojó, Jaebeom se cagó de risa.

–Te dije que te iba a dar una indigestión un día de estos.

Una vez dentro, corrió al baño. Necesitaba vomitar.

–Tsk...– sonrió el tatuado escuchándola.

Se acostó en su cama para dormir hasta que sintió a Charlotte sacudiéndolo.

–Necesito ir al hospital.

Iba a chistearle hasta que vio que de verdad Charlotte se sentía muy mal.




–Es indigestión.

Jay concluyó eso mientras el médico de guardia en la emergencia de la clínica entraba en la sala. Los saludó en coreano, no hablaba inglés.

–Lamento no poder explicarle a la señorita... ¿Usted entiende coreano?

–Sí, puedo servir de traductor simultáneo. El coreano de ella es muy básico aún.

Charlotte los miraba esperando que alguien le explicara qué diablos decían.

–Realizamos un examen hematológico completo para descartar la idea de una infección, y pude confirmar mis sospechas.

Le pasó dos hojas de papel a Jay. Una era la planilla de solicitud de los exámenes, y la otra eran los resultados.

– ¿Qué debería tomar para el estómago? – preguntó leyendo rápidamente.

El especialista sonrió, pero en el momento que Jay se encontró con las palabras "prueba de embarazo" y "positivo" en la misma línea, se paralizó.

–Ella va a estar bien del estómago. – soltó sarcásticamente el doctor. –Pero para esa tez tan blanca que tiene usted yo le recomiendo vitamina D mientras toma sol.

Jay miró a Charlotte con la misma expresión tétrica.

– ¿Qué? – soltó ella.

Mierda.

¿Y ahora qué hacía?




Charlotte lanzó el bolso en el sofá.

– ¿Por qué no me dices qué dice aquí? – hizo un puchero.

Caminó hasta la cocina mientras intentaba leer el coreano que no entendía.

–Ah...– carraspeó el tatuado, siguiéndola. –Charlotte.

– ¿Uh? – ella estaba de cabeza en el refrigerador.

– ¿Ya te sientes mejor?

–Sí, bastante, al menos ya no tengo fatiga.

Sacó la jarra de agua, la salsa BBQ, y una bolsa de ramen instantáneo. Con el pie cerró la puerta del refrigerador y fue hasta la cocina.

Jay la miró preparar la olla con agua.

– ¿Te dijo qué podría comprar para el estómago?

Tragó saliva.

–Es que... no estás enferma del estómago.

Charlotte lo miró curioso.

– ¿Entonces qué tengo?

Jay abrió su boca, pero no pudo articular nada. Tenía miedo de algo, pero no sabía de qué.

–...tienes un problema intestinal.

Como ella no le creyó nada, cuando Jay fue a ducharse y la olla con ramen estaba hirviendo, le sacó una foto a los papeles y le mandó un KakaoTalk a Hyukwoo.

Casi se atraganta con la comida cuando él le preguntó que quién estaba embarazada.

爱 (ai) | jay parkOnde histórias criam vida. Descubra agora