Hice contacto visual contigo, mas no te divisé bien. En un audible susurro pronunciaste mi nombre. Entonces palidecí. Mi cuerpo se estremeció. Mi corazón comenzó a palpitar tan fuerte que estaba a punto de salirse de mi pecho. El calor subió impertinente a mis mejillas. Te giraste sobre tus talones para verme, sonreí para mis adentros, supe que eras tú. Camine junto a mi madre, ella me preguntaba el porque de mi sonrisa tan amplía; le dije tu nombre.
Aún, después de tanto tiempo,
tu presencia me sigue
provocando nervios.
YOU ARE READING
Demencia Literaria
Random+Letras llenas de experiencias, recuerdos y anhelos. Un mar de escritos, una ola de sentimientos, un tsunami de amores perdidos. Insomnios plasmados en pequeñas letras, de una manera incongruente, palabras rotas y llenas de vacío, pero, que siempre...