38- Quédate

52.9K 5K 376
                                    

Justo llegué a mi casa mi madre me preguntó que porque al final no había ido a casa de mi novia (refiriéndose a Nerea), como hacía de costumbre. Le dije que me encontraba mal para que no me molestara y me metí en mi habitación. Miré el móvil esperando encontrar algún que otro mensaje de Mateo. Pero no había nada de nada. 

¿Que suponía que la madre de Mateo hubiera visto uno de los snapchats que le mandaba a Mateo? ¿No podría haber sido un simple error? Por desgracia parecía que no era así. En mi cabeza se empezaron a formar ideas no demasiado bonitas sobre si todo era una conspiración de Mateo para deshacerse de mí. Se habría cansado de mí y se inventó esa escusa para que dejara de molestarle. Pero esas ideas idiotas no tenían demasiado sentido teniendo en cuenta lo que estaba haciendo Mateo por estar conmigo. Todo lo que se había arriesgado,...

¿Y el plan del viernes? ¿Que pasaba con la sorpresa que le había dicho que preparado el día que fuimos a comprar ropa? Quería volver a verle, necesitaba volver a verle,... no quería que eso acabara así, necesitaba respuestas pero no podía contactar con él. Y así estuve toda la tarde, encerrado en mi cuarto con unas ganas tremendas de llorar, esperando que Mateo me diera señales de vida.

Ya era de noche cuando escuché unos golpes en la ventana. Al principio me asusté, pero cuando vi su rostro detrás del cristal corrí a abrirle. 

-¿Que haces aquí a estas horas? -le dije.

Se abalanzó sobre mí con un abrazo con el que casi me ahogó. 

-¿Que te pasa, no te alegras de verme?

-Y tanto que me alegro, idiota - susurré conteniendo las lágrimas. 

Le ayudé a sentarse sobre la cama. Me contó que había tenido venir des de su casa andando, para que sus padres no se dieran cuenta de que había salido. Se le veía cansado y pálido. Pero aun así no tarde en empezar a contarme lo que había sucedido.

-Lo siento,... a mi madre a veces le da por chafardear mí móvil. Me quedé dormido en el sofá y ella aprovechó ese instante, en el que casualmente llegó tu snapchat. Me quitó el móvil y me preguntó que significaba aquello. Yo le dije que te habrías equivocado o algo,... pero ella es muy desconfiada. Si hasta me pegó diciéndome que estoy enfermo. Te llamé con el fijo de casa para advertirte,... Des de ese momento no me ha dejado salir al exterior ni comunicarme con nadie. He tenido que salir por mi ventana para venir a contártelo todo,... no he podido hacer nada más,...

-Has hecho más que suficiente.

Mateo agachó la cabeza. Y la agaché también. Todo había sido mi culpa, por querer hacer como él y mandarle fotos sexys. Entonces me acordé de lo que me había dicho Darío.

-Y tu padre, ¿lo sabe?

-No lo sé,... -contestó-. Pero no puedo volver a mi casa, por favor. Déjame quedarme aquí contigo.

"Quédate para siempre", pensé.

Secretos De Un Heterosexual [En revisión]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora