Capítulo quince

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Llevaba ya más de una hora con Katelyn, besándose, bailando y hasta unos toqueteos por parte de ambos, él sabía que lo que estaba haciendo no entraba en sus planes, pero Katelyn tenía un poder de hacer que los chicos cayeran rendidos a sus pies y él había caído otra vez, aún así prometiéndose que no lo haría nunca más, había sido muy débil.

Carlos los miraba desde el otro lado del jardín, negando por lo que su amigo estaba haciendo. Katelyn tomo la mano de Kendall y subieron las escaleras hasta llegar al segundo piso, entraron a una habitación y comenzaron a besarse desesperada pero a la vez apasionadamente.

Kendall la tomo de los muslos y Katelyn envolvió sus piernas en su cintura. Sin dejar de besarse, se dirigieron a la cama, Kendall quedo arriba de Katelyn. Ella comenzó a sacarle la camiseta, mientras Kendall acariciaba sus piernas.

De pronto la puerta se abrió, dejando ver a Carlos tras ella. Kendall nervioso, tomo su camiseta y se la puso. Katelyn miraba a Carlos, enfadada.

- Lamento interrumpir – musitó. – pero ya nos vamos Kendall.

- Oh, sí claro. – camino hacía su amigo, pero una pequeña mano se lo impidió. –

- No te preocupes Carlos, yo lo puedo llevar. – sonrió falsamente. –

- No Katelyn – habló Kendall. – yo ya debo irme. – se zafó bruscamente, ahora sí, pensando en lo que estaba a punto de hacer con Katelyn. –

- Bueno, Adiós Katelyn. – se despidió Carlos, Kendall salió de la habitación sin siquiera mirarla. –

- Muchas Gracias. – dijo a Carlos una vez que ya estaban el auto. –

- De nada. – sonrió sin mostrar su blanca dentadura. –

Kendall no se podía sacar de la cabeza, lo que estaba a punto de hacer con Katelyn, había caído otra vez como un estúpido. Luego de prometérselo, no lo había cumplido y casi había terminado en una cama con ella. Por suerte aún era virgen, y quería seguir siéndolo hasta que encontrará a la adecuada, a una mujer que él ame y que por supuesto, ella sintiera lo mismo.

Aun no encontraba a esa mujer que congelará su mundo, que le hiciera ver el mundo de color rosa o solamente a la que de verdad pudiera decirle un ‘te amo’ verdaderamente. Con Katelyn estuvo a punto de sentirlo, pero luego de que se entero de su engaño, sólo sintió por ella, rencor, odio y hasta asco.

- La noche aún es joven ¿dónde vamos ahora? – y si, eran solo las una y treinta de la madrugada.

- ¿Qué tal a un…? – comentó Logan, moviendo sus cejas de arriba hacia abajo una y otra vez, con una sonrisa pervertida, todos reímos, sabíamos a los que se refería pero yo me sentía cansado y quería llegar a dormir.

- Entonces a eso iremos. – Carlos, se desvió y comenzó a conducir al pub nocturno. –

- Carlos, creo que yo no iré. – Todos me miraron raro y luego lanzaron carcajadas, era raro que yo no quisiera asistir a aquel pub.

- ¿Hablas en serio? – pregunto James aguantándose la risa. –

- Sí – lo mire serio, Carlos suspiró. –

- Está bien, pasaremos primero a tu casa.

- Pero no será lo mismo sin Kendall. – reprocho Logan. –

- Ou mariquita – bromeo James, Logan le pego en un hombro. – iremos de todas formas, pero si tú no quieres ir, te puedes quedar con Kendall.

Logan pensó un segundo, luego negó con la cabeza riendo.

- Lo siento bro. – me miró. – pero iré a ese pub, no me dejaron seguir divirtiéndome con esa rubia, por lo que necesito un buen polvo. – negó con la cabeza, sonriendo. Logan no iba a cambiar.

- Ok, no me importa, si tú quieres echar un polvo, hazlo. – Carlos estacionó el auto. –

- Adiós chicos. – se despidió de todos y salió del auto. –

Una vez que perdió de vista a los chicos, se sentó en el asfalto y se tomo frustrado la cabeza. ¡Porqué mierda, no se podía sacar a Katelyn de la cabeza!


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'Patito Feo' (Kendall Schmidt & Tu) ADAPTADAWhere stories live. Discover now