12.-Sueños Navideños

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– ¿Qué haces? – dije poniendo automáticamente en guardia.

– ¿Aun te parezco una persona que sería capaz de hacerte daño?

–Solo no te acerques mucho.

–Está bien, me rindo por hoy –dicho esto, caminó hacia el lado contrario y salió de la bañera–. Cuando quieras puedes salir y hacerme compañía en la habitación, te dejaré un cambio de ropa –sacó unas prendas del cajón y sin decir más salió con una toalla enredada al torso.

– ¿Lo habré enojado? –susurré mientras me hundía más en aquella agua.

Por fin me aburrí de estar solo y decidí salir a vestirme.

La ropa que había dejado para mí era bastante peculiar, de un material que tenía cierto brillo además era suave y cálido. Me sequé las gotas que quedaban en mi cabello y salí.

El aire del departamento había cambiado un poco, lo sentía bastante más frío, por lo que la camisa oscura y la chaqueta beige que llevaba no me parecieron tan ridículas como en un principio.

Anduve descalzo por el pequeño pasillo que había entre las habitaciones, pero me detuve en la que tenía la puerta un poco entornada; allí se encontraba Kotetsu, sentado en un sillón frente a una ventana que de igual manera reflejaba la ciudad, que ahora me parecía más oscura. Él sostenía un libro con una mano, mientras que con la otra apoyaba el rostro y se concentraba en la lectura.

Empujé la puerta y me aventuré dentro de la habitación. Él alzó la mirada fuera de su libro.

–Eso te queda bastante más grande de lo que pensaba –me encogí de hombros mientras miraba al piso–. ¿Prometes no hacer ningún escándalo?, mañana saldremos a conseguir ropa para ti, así conocerás la ciudad y podré contarte más sobre ella.

–Claro.

Soltó un suspiro y se incorporó dejando el libro sobre el sillón.

–Cómo puedes notar la cama de esta habitación es bastante grande, sin contar que es la única en este piso...

– ¿Por lo qué?

–Compartiremos esta cama y antes de que digas nada –dijo–, te prometo no hacer nada raro mientras estés dormido.

–Tampoco es como si me fuera a negar.

– ¿Ah?

–N–nada, de acuerdo.

–Bueno –encendió la lámpara junto a la cama y se acostó; caminé hasta él y me senté también en la cama. Presionó el botón de la luz y la habitación quedó iluminada por la pequeña lámpara–. ¿Estás cómodo?

–S–si –carraspeé un poco.

–Entonces, hasta mañana.

Y cada uno se acomodó y se preparó para dormir. No podía evitar pensar en la situación en la que me encontraba, el compromiso con el que Kotetsu quería retenerme. Sin embargo el sueño estaba sobre mí y sin pensar mucho más, me entregué a él.

–Descansa –susurré.

Nidvemis [Tiger&Bunny] (AU) [YAOI]Where stories live. Discover now