10. Dirección y nuevas rivalidades.

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Estadística en definitiva no es lo mío, odio esta asignatura, ni siquiera sé cómo pasé su primera parte el semestre pasado.

¿Lore?

Lore. Grande Lore.

Estaba tan sumida en tomar apuntes, pero mezclaba mis pensamientos y no sé porque recordaba cosas que no eran importantes ahora, en realidad nada de lo que recordaba era importante. Ante aquel dilema me distraje y la profesora me había hecho una pregunta, pero como no le estaba prestando mucha atención, me quedé muda.

Me levanté de mi pupitre para responder, estaba a punto de dejar salir cualquier estupidez de mi boca cuando algo me salvó.

—Jennifer Black, a la oficina del decano. —La voz salida por el parlante me dio un alivio, ya que no respondería la pregunta, solo que me preocupa el no saber qué demonios hice.

Ay, no, las señoritas Méndez quien sabe que fueron a decir, ay, no, mi hoja de vida, como se verá esto cuando me gradúe, creo que todos mis nervios se fueron a mi estómago, no, no, no te asustes, no sabes que fue lo que ocurrió, tranquila y cualquier cosa lo vamos a solucionar.

—Hola, Jennifer. —Saludó la secretaria que nos entregó los horarios en la mañana, debería preguntarle su nombre.

—Hola, señorita...

—Abigail, pero puedes decirme Abby.

—Bien, Abby, también puede decirme Jenny. —Me encojo de hombros, ella asiente.

—Ellos la esperan adentro.

—¿Ellos?

—El decano y tus chicos.

—¿Mis chicos? —es el primer día y cada persona nueva con la que hablo me deja más confundida de lo que ya estaba.

—Tú sabes. Apropósito, eres mi heroína. —Confesó, fruncí el ceño ante lo que dijo. —Alguien tenía que alguna vez darle su merecido a las Méndez. —Bajé la cabeza, algo nerviosa y sentí un poco de vergüenza, cuantas personas vieron todo eso.

Apunté hacia la puerta, ella asintió, di tres golpes a la puerta hasta que escuché un "pase", también muchos murmullos que no entendí, Abby levantó sus dos pulgares deseando suerte. Cuando abrí la puerta me encontré a cuatro chicos dándome la espalda y el decano con el ceño fruncido, y se notaba muy enojado.

—¿Jennifer Black? —Los chicos voltearon a verme, que sorpresa, mis roomies. Bueno, les debo una solo por no tener que responder una pregunta de una materia con la que poco me llevo.

La cara de los chicos era digna de una fotografía, se notaba el pavor en sus ojos, quisiera entender el por qué, bueno, estoy a punto de saberlo.

—Sí, señor, ¿Por qué me llamó?

—Supongo que usted es la adulta a cargo de este grupo. —Alzó una ceja, ¿Qué edad se supone que tenemos?

—¿Adulta a cargo?

—Quien vive con ellos y es la más madura entre los cinco. —Los chicos lo miraron ofendidos, aun así, me hicieron señas para que respondiera que sí. Entonces asentí. —Entonces, la llamé porque dos de estos chicos están en problemas.

Alcé ambas cejas, volví a mirar a los chicos, Asher y James apuntaron a Alejandro y Eliot.

—¿Qué hicieron?

El director se paró con el asiento pegado a él. Bueno para ser los chicos más odiosos no saben hacer bromas. Movió un poco la mesa y esta se desarmó. Aun con el asiento pegado a su trasero, fue hasta un mueble, apoyó un dedo en el y este cayó dejando una polvareda en el aire, botando todas las cosas las que tenía. Y siguió así con el resto de los muebles hasta que ninguno quedo de pie en la oficina. Como pude aguanté una carcajada al ver la oficina convertida en un desastre.

Aquí... Con 4 Idiotas #1Where stories live. Discover now