Capítulo 15

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Luke's pov

En Australia no era un día muy soleado, y lo poco que el sol mostraba no llegaba a la sola y fría habitación, o eso suponía Luke. Pues desde hace meses, su cama tenía un vacío. Rodó sobre la cama y ocupo su parte, tal como lo había marcado su esposa cuando durmieron juntos por primera vez. 


Beatrice cubría mis ojos, trataba de hacerlo, pues mi altura era un poco más elevada que la de ella. 
-¿Puedo ver?- pregunté, escuché la pequeña risa de mi amada, y sabía que ella había negado, esbocé una sonrisa al saber que nos casaríamos en unos días. La puerta de una habitación había sido abierta, provocando un ruido que me hizo salir de mis pensamientos. –Beatrice- susurré. Sentí como sus manos tomaban de las mías y las colocaban a mi costado. Mis ojos seguían cerrados, ella acaricio mi mejilla, su tacto con mi piel me provocaba un escalofrío. 
-Puedes abrirlos- susurró sobre mis labios y se alejó. Abrí lentamente mis ojos, y observé nuestra habitación, porque, era nuestra. Beatrice era muy perfeccionista, y ella se había esforzado mucho en nuestra habitación y lo sabía. Observe cada rincón de ella y sonreí. Me acerqué a la chica castaña que amaba y la abrace por los hombros, mis manos se colocaron en la pequeña panza de mi futura esposa, donde descansaba mi pequeño bebé. Besé la cabellera de Beatrice y susurré en su oído.
-Es perfecta amor-ella estremeció y giró entre mis brazos. Su mirada color miel en la mía, me provocaban nervios, y no era diferente, siempre Beatrice había provocado lo mismo. Tomo mi mejilla y coloco un poco de mi cabello y lo arreglo. Cerré mis ojos al sentirla de nuevo. Abrí poco a poco los ojos y ella derramaba una pequeña lágrima.-No llores – mencioné, mi mano que sostenía su cintura cambió de posición y se acercó a la mejilla de ella, quité aquella lágrima y la miré de nuevo. –Te amo- mencioné, ella sonrió. La cercanía de nuestros labios era cada vez más cercana, cuando la distancia era casi ninguna, ella se detuvo, mi respiración mostraba mi ansiedad ella susurró “tu lado, mi lado” reí, y asentí con la cabeza. Ella sonrió satisfecha y unió por fin nuestros labios. 


Una lágrima derramo el ojo izquierdo de Luke, al ver el espacio vacío que Beatrice había dejado en la cama y no solo en ella, sino en su vida. Un ruido ajeno a él, se escuchó, la risa de un niño inundaba el lugar. Luke sonrió al recordar a su pequeño hijo, suspiro y acarició por última vez el lugar donde debía descansar el cuerpo de su mujer. Levanto su cuerpo y camino hacia la puerta, donde se detuvo y observo aquella habitación, aquella habitación que anhelaba compartir de nuevo con ella. No entendía él por qué su mirada se había quedado estancada en aquel viejo calendario y observo el día que era hoy. Jamás podría olvidar ese día, hace cuatro meses, su hijo había nacido, pero eso significaba que hace cuatro meses, su hermosa mujer, descansaba en un lugar lejano a esta realidad. Agito su cabeza para olvidar cualquier pensamiento y decidido bajo por las escaleras donde lo esperaba su hermoso hijo. 


(…)


-¿Cómo estás?- preguntó Karla, así era. La hermana de Beatrice había decidido apoyar a Luke el día de hoy para que él pudiera visitar a su hermosa esposa. 
-Supongo que bien- contesto cortante, de hecho Luke no podía expresarse bien con nadie, más que con él. Su mejor amigo. Ashton. Pero él no podía hacerlo, pues Ashton había olvidado su memoria. Esquivo la mirada de su hermana postiza y miró al pequeño bebé que se encontraba sucio. Rió al verlo. Lo miró detenidamente, Thomas era la imagen reflejada de Beatrice y él juntos. Thomas tenía un cabello castaño combinado con algunos mechones rubios, sus ojos eran dos grandes océanos, azules como los de su padre. Y la sonrisa más agradable, como la de su madre, Luke no esperaba el día en el que surgieran de su pequeña boca aquellos pequeños dientes que completarían su perfecta sonrisa. Pero algo le deprimía al ver a su hijo y preguntas invadían su cabeza. “¿Beatrice estaría presente para él día en el que su hijo diga su primera palabra?” “¿Será que Thomas conocerá a su madre?” movió su cabeza esquivando esas preguntas y sacó el cuerpo de su hijo de aquella pequeña silla. 
-¿Cómo estás tú? – pregunto Luke, sabía lo que había ocurrido con Karla y Michael
-Bien, el embarazo está en orden y sobre él… - suspiró, realmente ella lo extrañaba mucho, pero no podía permitir un engaño- …no sé nada – finalizó sus palabras. Luke caminó hasta la pequeña habitación del bebé y consiguió una pañalera con todo lo necesario. 
-Michael está bien, por si preguntabas- contestó, Luke jamás le daría la espalda a su amigo, aun sabiendo el error que había cometido.-Te extraña, es algo normal – dijo, pero no se dio cuenta del daño de sus palabras y corrió a abrazar a Karla. –Lo siento – dijo, tratando de buscar un consuelo.
-¿Por qué lo hizo? – preguntó Karla, Luke no tenía las palabras para expresar lo que su amigo había hecho.
-Un día te darás cuenta que amar es perdonar, pero perdonar no es olvidar- susurró Luke, buscando una confusión en sus palabras que hacían pensar a Karla, la hermana de la mujer que amaba. Luke encontró su momento, las lágrimas cayeron de sus ojos y buscaron el consuelo de su ahora hermana. 
-Ella despertará Luke – mencionó ella – es fuerte y jamás los abandonaría a ustedes. – dijo, las palabras de ella, le dieron un respiro al corazón de Luke, él sabía que su Beatrice era fuerte, y no se daría por vencida tan fácilmente. –Ahora vamos, que tenemos que ir a verla. –Menciono de nuevo y los tres salieron de casa, buscando el camino al hospital.


(…) 


-Karla, baja ya – susurré al ver la lentitud de mi hermana
-Luke, espera por favor, Thomas está muy bien alimentado, no puedo ser más rápida – ella pensó un poco más y sin rodeos, pronunció –adelántate, necesitas un espacio con ella. 
-Pero Karla…- traté de reclamar
-Pero nada, anda, ve – sonreí y negué al ver el mismo comportamiento que ella. 
Caminé por los pasillos del hospital hasta encontrar la habitación que anhelaba, relaje mi rostro y esboce una sonrisa, miré el ramo de flores que llevaba y levanté mi mirada. Tome de la perilla y la hice girar, pero sin darme cuenta, había escuchado unas amargas palabras que jamás anhelaba escuchar.
-¿Annel? – pregunté, ella me miró y una lágrima cayó de mi ojo al escuchar sus palabras. Las flores que llevaba cayeron al suelo y mi cuerpo corrió para buscar el cuerpo de ella. En mi cabeza solo retumbaban las palabras de Annel, “No puedo hacer nada, voy a morir”.

Livin in the shadows [2da. Temporada]Where stories live. Discover now