Mi hermano

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Creo que para describir ese día lo mejor sería comenzar por el "no fuimos a clases". Nevaba. El cielo era gris tras los cristales empañados de las ventanas, y aún con ese clima tan perfecto para dormir todo el día, o tomar una taza de chocolatada y comer dulces, las clases corrían con la naturalidad de siempre. Lo último que deseaba, entre otras, era verle la cara al profeso Snape. Arrugaría los labios para dedicarles puros <<mal hechos>> o <<No>> o <<¿Otra vez ustedes?>> a todo los de Gryffindor. Que lo aguantaran otros, aquél día era nuestro. Entonces no dejé que George se moviera de la cama, hasta que los alaridos de Percy llamandonos escacearan al punto de no ser oídos.
Realmente fue un día en el que no hicimos nada y al otro fuimos horriblemente reprendidos. Pero no nos importó.
Esa tarde fue la primera nuestras vidas juntos. No había nadie en toda la torre de Gryffindor, solo los señores de los cuadros en la sala principal hablaban calmados, mientras que otros se iban a dormir siestas.
En tanto a nosotros, no era la primera vez que faltabamos a clase, ni tampoco sería la última. Y como siempre hicimos varias pruebas en las pociones que creamos, o leíamos un libro sobre el tema. Buscamos algo que comer y encontramos chocolates, agilmente escondidos bajo la cama, pegados a la red de madera oscura, así no se vislumbraban desde el suelo.
-Al fin un día que no molesta nadie- comenté. Me estiré al lado de George, que parecía no prestarme ni atención. Tenía los ojos fijos en el libro, sobre las mantas que le cubrian las piernas.  Todavía estabamos en pijama.
Cerré las cortinas de alrededor para dar un aura más personal, todo oscuro.
-Freddie, no veo lo que dice- se quejó.
-Cariño, ¿te estará fallando la vista?- bromeé.
-Anda, abre las cortinas esas- insistió.
-Déjalas así, está más cálido.
Él se estiró para abrirlas. Primero hacia su lado y luego al mío, por lo que estuvo tan cerca que aproveché a rodearlo con los brazos y besarle el cuello.
-Fred- dijo casi con sobresalto.
-¿Qué?
Se levantó un poco y me miró.
-Estamos solos, ¿no?- sonrió.
-¿Acabas de darte cuenta, hermano?- pregunté, sabiendo que él lo decía en un tono para dar incapié a algo más.
Se hechó encima mío y nos empezamos a besar, primero con un beso cencillo, como los de cuando éramos un tanto más críos, y luego con un poco de paciencia y exasperación a su vez, bruscamente comenzó algo que no queríamos parar.
Lo besé con más pasión, lo acaricié, lo toqué. Y George hacía lo mismo. Me gustaba saber que él era como yo físicamente, también eso de conocerlo de toda la vida, porque sabía lo que le gustaba y él a mí.
De un momento a otro estábamos desnudos, en una atmosfera calurosa. Lo único que quizá me mosqueó fue el miedo que tuvo mi hermano cuando estuve por penetrarle, pero lo comprendí. Éramos inexpertos en todo aquello, y aunque a mí me satisfacció en su totalidad, a él le dolió bastante. Agradecí que no hubiera regresado nadie en busca de nada, porque sonoramente hubieran oído todo. Claro que en su momento no pensé en nadie más que él y yo.
Era mío. Por primera vez en la vida haciamos el amor, y lo sentía placidamente genial.
Al final con un poco de pena lo abracé. Lo lastimé cuando empezamos y aún así no paré ni nada.
-Fred- Se dió vuelta para verme. -Si no me vas a escuchar la próxima, ni se te ocurra tocarme- agregó como una queja pero en tono de broma, que solo yo podia descifrar si lo decía de verdad o no. Porque la conexión que teníamos era única.
Amaría por siempre a George. Él, mi gemelo, mi vida y mi amante.

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Nota!!

Gracias a todos los que siguen esta historia. No tuve mucho tiempo para actualizar antes y queria pensar bien el capítulo. Así que desde ya, espero que les guste n.n Gracias!

Fred y George - Los Gemelos WeasleyWhere stories live. Discover now