El Yin y el Yang

15.El secuestro

Le envío un mensaje a Oliver y voy hacia la ventana.
Mi padre entra en la habitación y empieza a chillarme. Salgo por la ventana, seguida por él. Las lágrimas caen por mis mejillas al escuchar cada una de sus palabras, las cuales me desgarran por dentro. Siento que alguien me coge las manos y las coloca en mi espalda, me tapa la boca con un paño. Yo intento librarme, aunque no logro conseguirlo, poco después noto como mi cuerpo se relaja hasta que quedo dormida.

Narra Tony (Padre Seira).

Estoy subiendo las escaleras detrás de Seira. Me estoy cansando de sus jueguecitos, de su conducta rebelde, de sus contestaciones, de sus tonterías y de que se ponga a la defensiva a la más mínima. En el momento que empezó con las rebeldías, debí de haberla metido en aquel internado, el cual, me recomendó mi mejor amigo, Ryan. Creo que la he cuidado y protegido siempre, en cualquier situación, y ahora me lo agradece así, diciendo esas cosas que tan solo son mentiras.
Entro en su habitación y veo que ella está saliendo por la ventana, no sé que va a hacer, pero lo que si sé, es que no se va a escapar nuevamente y que va derechita a un internado, haber si así se le pasan todas las tonterías.
Empiezo a gritarla que me escuche, que me obedezca, que deje de huir y que afronte la situación y las consecuencias de sus actos. Estoy harto de ella, de que huya de mí y de esta situación que tengo con ella. Ya no es una niña pequeña y tiene que darse cuenta de las cosas. Cada paso que damos mi cabreo con ella aumenta. Quiero que deje de huir porque como no deje de hacerlo, le diré algo que me he estado callando durante estos siete años. Estoy harto de callármelo y de no querer herirla cuando ella me ha herido desde que murió su madre.

-Seira deja de huir de una vez, estoy cansado de tus tonterías, de los problemas y de toda ésta situación, tu madre está muerta, tienes que superarlo. Ella se marchó por tu culpa, se cansó de soportarte y de que fueras tan mimada, estoy seguro que por eso ella se suicidó. Si te hubiéramos metido en aquel internado que Ryan me recomendó ella seguiría viva y seríamos felices, pero sin ti. Fuiste un error, nosotros no queríamos niños, y menos una niña, no queríamos tenerte, abre los ojos de una vez.- Digo sacando todo lo que me había callado durante los siete años anteriores. Veo que Seira retrocede unos pasos.
Una sombra aparece de la nada cogiéndola de las muñecas y poniéndolas en su espalda, mientras que lágrimas empiezan a recorrer sus mejillas. La sombra le tapa la boca con un paño, ella se resiste, pero acaba quedando dormida. La coge y se sube a una furgoneta sin matrícula. No me moví cuando podía haberla ayudado. Me daba igual. Solo quería que los problemas se desvanecieran, que ella desapareciera. No quería saber nada, sí, es mi hija, pero estoy harto de ella y de todo.
Entro en la habitación y me dirijo al salón, cojo el móvil y llamo al equipo además de hacer otras llamadas. Hago el té y espero a que lleguen.
Al poco tiempo llegan los demás y se sientan en la sala, sirvo el té y me siento con ellos.
Dos horas más tarde hablando de encapuchados y demás, alguien llama al timbre. Me levanto y voy hacia la puerta, cuando abro me encuentro con la madre de Oliver Queen, Moira, la cual, entra sin permiso y va directa al salón. Cuando llega, seguida por mí, se planta en medio de la sala y es cuando deduzco que viene el interrogatorio, ya que se dispone a hablar.

-¿Dónde está Seira?- Pregunta Moira algo cabreada. Me quedo en blanco al escuchar esas palabras. ¿Y ahora qué hago? No pensaba que me preguntaría por ella. Antes de que se den cuenta de que estoy bloqueado, reacciono.

-En su habitación. ¿Dónde va a estar?- Miento intentando sonar convincente.

-¿Y por qué no me coge el teléfono?- Pregunta intentando descubrirme. Aunque es imposible que sepa lo que ha pasado ¿no?

-Se lo he quitado. Está castigada.- Digo con tono autoritario.

-A vale. Pues voy a hablar con ella a su habitación.- Dice saliendo de la sala.