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Me acomodo en el sofá, tratando de sentirme cómoda, mientras Seth camina hacia la cocina.

Estoy consciente de que tengo el maquillaje corrido y la nariz más roja que Rudolf, pero no me importa. Mi mente está confundida y mi corazón latiendo como loco. ¿Cómo pudieron pasar tantas cosas de golpe?

—Ten, un poco de helado de chocolate, he oído que funciona cuando alguien anda de mal ánimo.

Sonrío hacia su dirección y acepto el helado con mucho gusto. Seth me observa atentamente, cómo sin saber si hablar o no. Me incomodo un poco, por lo que me aclaro la garganta.

—Sé que te he dicho que me gusta Tom, pero no tienes que mirarme como a animal de zoológico.

—Lo siento —dice, aclarándose la garganta—. De todos modos, eso ya lo sabía. ¿Qué piensas hacer ahora?

—¿Se supone que debo hacer algo? —Alzo una ceja, ignorando su insinuación sobre saber de mis sentimientos—, porque lo dudo. Yo no le gusto, eso quedó clarísimo después de todo lo que me dijo. Y sigo molesta por eso.

—¿Quieres saber qué pienso yo? Que Tom está celoso, porque, cree que entre tú y yo pasa algo y le duele saber que no puede decírtelo, porque no son nada, y la situación se le fue un poco de las manos.

—Eso es absurdo —me apresuro a decir—. Y tampoco me interesa, porque sigo molesta con él. ¿No te conté todo lo que me dijo?

—Por supuesto, y comprendo que estés molesta, tienes la razón en estarlo, pero también debes saber que él se disculpará contigo. ¿Cómo lo sé? Porque todo lo que dijo es mentira. Lo dijo por sentirse herido, pero no lo cree. Te quiere.

—Mira, si lo vas a defender a él, mejor voy pirando a mi casa, porque...

—Calma —me dice, soltando un suspiro. Seguro, lo estoy sacando de sus casillas—. No justifico lo que hizo, pero no podemos negar tus sentimientos hacia él, a pesar de eso, y tampoco la posibilidad de que él también los tenga. Al final, se ha puesto así cuando me nombraste, ¿no?

Asiento, sin poder refutarle eso. Antes de nombrar a Seth, el chico estaba muy tranquilo conmigo, como siempre, pero luego... bueno, fue horrible.

—En el hipotético caso de que él guste de mí, ¿por qué no me lo ha dicho? Se supone que si siente celos y estaba hablando algo bastante extraño con Harry, es porque lo sospecha de antes. ¿Por qué no intentar hablar conmigo? 

—Creo que lo más lógico y lo más común, sería decirte que por miedo al rechazo o a arruinar la amistad, pero...

—¿Pero? —lo aliento, cuando se queda callado mucho rato? —. ¿Cuál sería la verdadera razón?

—Por Sam —dice, con un suspiro pesado. Es con el hermano que mejor se lleva, a final de cuentas debe afectarle meterlo en el lío.

—¿Sam? Pero, ¿qué tiene que ver él?

—Creo que primero deberías hablar con él, sobre lo que siente por ti, aclararle que lo ves como un hermano y que tienes sentimientos por Tom —me interrumpe, yendo al punto. Niego con la cabeza, varías veces.

—No entiendo lo que dices. Sí, él es coqueto conmigo, pero es de mentira —le digo, aunque sé que no estoy siendo sincera. 

—Tampoco te mientas a ti misma —me regaña, mirándome fijamente—. Quiero creer que tú, como todos, nos hemos confundido con sus coqueteos hacia ti, aunque él finja que es de broma.

Siempre me he sentido un poco incómoda ante los juegos del chico, pero no porque sea invasivo ni nada, sino porque una parte de mí, siempre ha tenido que no fueran juegos del todo.

The Older Brother. (#1 Bilogía Brother) [EDITANDO]Where stories live. Discover now