Capítulo tres.

30 2 3
                                    

-Señorita Lea, usted necesita perdonar, no puede guardar sus sentimientos para siempre. - Patrick me mira acusadoramente.

-Lo sé, eso ya lo sé perfectamente.-contestó frustrada moviendo el cereal de mi plato. - ¿Tu crees que no lo extrañe? Por dios lloré por él cada noche desde que se fue, fui una tonta, me enbriague para no sentir mas dolor, me alejé de mis amigos porque me miraban con lástima.  Dios, es que nadie me entiende, ¿cómo querían que reaccionará? Yo estaba superandolo, y el sólo llega de repente, actuando como si nada hubiese pasado, hablandome como si yo no recordará nada. No es justo, en serio que no.

-Esta bien pequeña, ya no lo mencionaré de nuevo. - el levanta su mano y limpia mis lágrimas, que juré no derramar.

-¿Sabes qué es lo peor?- pregunta mientras me abraza.

-No lo sé, dime.- rio sarcásticamente.

-Que todavía lo quieres.

Y yo suspiro decepcionada, porque sé que es verdad, sigo tan malditamente enamorada de él.

-Vamos Patrick, una futura reina no puede llorar por tener el corazón roto.- suspiro y salgo hacia mi habitación.

-...-

-¿Lea? ... ¡Lea! ¡Eleanor! - escucho a mi mamá gritando del otro lado de la puerta.

-¡Ya voy! Ugh no me dejan dormir en paz. -susurro eso último.

-Deja de murmurar cosas suponiendo que no las escucho jovencita. - me amenaza y diablos ¿qué clase de super poderes tienen las madres? Casi muero, gracias a dios no dije alguna grosería.

-Lo siento - pongo mi carita de arrepentimiento lo más creyente que puedo y ¡BOM! obtengo una sonrisa de su parte.

-Necesito que acompañes a Ian y den un paseo por ahí, no los quiero ver ni un minuto más con esas caras de depresión ¿entiendes?

-Pero mamá...

-Nada de peros, el coche esta afuera y te quiero abajo en 20 minutos o te quito todo aparato que te conecte con la civilización. - Oh no, mamá ha encontrado nuevas tácticas. Acepto enojada. ¿Cómo se le ocurre? ¡Agh!

-El que haya aceptado no significa que todo este perdido, aun puedo evitar a Ian. - me consuelo a mi misma.

-...-

-Hey, Lea...

-¡No! No me digas así, sólo soy Lea para mis amigos y familiares. Tu no puedes llamarme así. - le suelto molesta.

-Lo siento, Eleanor. -mira hacia otro lado- ¿a donde quieres ir?

-Lejos de ti.- wow no sé de donde saco tanto odio hacia el. O claro, si lo sé.

-Te estoy preguntando en serio. - responde ya algo molesto.

-Creeme, que yo también te estoy contestando en serio, Ian. - lo miro desafiante.

-Deberías dejar de ser tan infantil.

-Oh, claro, tu vienes a darme cátedra sobre el infantilismo. Dime, ¿para qué diablos volviste? ¿Acaso fue para echarme en cara todo? ¿por qué quieres seguir arruinando mi vida? - tengo muchas cosas más que reclamarle, pero me detengo cuando me doy cuenta que estoy a punto de llorar.

Él no dice nada, y el camino continúa callado. Llegamos a la única plaza que hay, Ian estaciona el auto y entonces cada quien se va por su lado. En realidad no tengo idea de que comprar, observo tiendas, busco algo que me guste, hasta que paso por un local de antiguedades, una cosa que hay que recordar es que en los libros mencionan que las mejores cosas siempre las encontrarás ahí. No dudo ni un sólo minuto, estoy cien por ciento segura que voy a terminar comprando algo.

Creo que me enamoro a primera vista, el interior es hermoso, todo luce tan viejo, y lo mejor es el aroma, ¡gracias mamá por sacarme de mi habitación! Hay tantas cosas que no sé que ver primero. Al parecer un empleado ve la frustración en mi cara y se apiada de mi.

-Disculpe señorita Eleanor- se sonroja y hace una reverencia ¡que tierno!- ¿necesita ayuda en algo?, ¿algo en especial que este buscando?

-¡Muchas gracias! ¿Jae Park? - leo de su gafete, relamente luce asiático, es muy lindo. Él asiente y me ofece una sonrisa. ¡Dios! Oficialmente estoy muerta. - Oh, por supuesto, bueno la verdad es que no tengo muy en claro que busco. Me gustaría algo que me sirviera para escribir.

-Creo que tenemos algo que le puede gustar, sigame por favor.

Nos dirigimos a una pequeña vitrina, se agacha y toma una caja mediana, el diseño es muy elegante, es roja con detalles dorados.

-Esto ha estado guardado por casi dos años y nadie ha querido comprarlo, así que esta bien si no le gusta.- de la caja saca una máquina de escribir, una libreta tipo diario de pasta dura decorada con bordados, un bolígrafo rosa decorado y una pulcera de plata, con pequeñas coronitas y lunas en ella, de la cual cuelga una diminuta llave la cual supongo que es del diario. Todo es tan bonito, y se ve tan conservado.

-¡Me encantan! Park, esta muy lindo todo, ¡yo lo quiero! - el suelta una carcajada conmovido por mi.

-¿En serio? Usted es la primera que quiere llevarse esto.

-Vamos, no me llames de "Usted", me haces sentir mayor. - le reclamo riendo. - puedes decirme Eleanor,  o Lea, es como mis amigos me apodan.

-Esta bien... Lea.- se sonroja y mira a otro lado para disimular.

-Mucho mejor, Jae Park, ¿cuánto es por todo? - pregunto sacando mi cartera pero él me para.

-No te preocupes, no es nada.

-¿Qué? ¡Claro que si! No voy a aceptarlo Park.

-Estoy seguro que si mamá se entera que le he cobrado a la futura reina va a matarme, por favor acepta el regalo. Para nosotros ya es un honor que hayas venido a nuestra tienda.

-Pero Park...

-Por favor, Eleanor.

-Sólo sí tú y tu madre aceptan mi invitación al reino.

-¿Nosotros? - abre los ojos como platos y yo me rio porque luce muy gracioso.

-¡Si! Será divertido, lo prometo. A mamá le agradaría su visita, ¿por favor? - hago mi mejor cara de perrito, siempre funciona.

-Hablaré con mamá, prometo que iremos.

-Esperaré tu llamada- escribo mi número en un pedazo de papel y lo pongo en su mano. - Muchas gracias Park.- me acerco y lo abrazo, rio un poco porque no se lo esperaba y se sonroja de nuevo.

- Te ves muy lindo sonrojado. - él se pone más rojo. Oops ¿lo dije o lo pensé?

Cartas a mi madre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora