V [L]

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Firmé el contrato y volví a la habitación que Camila me había dejado. Lo admito, tenía muchas ganas de tocar la guitarra electroacústica que ella me había dejado allí. ¿Cómo sabía que me costaba tocar a Apolo por culpa de los recuerdos? Bueno, quizás ella solo quería que cambiase mi sonido un poco o tuviese diferentes oportunidades.

Dejé a Apolo sobre la pared y saqué de la funda la otra guitarra. Me la colgué y busqué en mi bolso mi cuaderno, sabía que lo necesitaría. La primera vez que hablé con Lewis, mi psicólogo, me recomendó que escribiese todos los sentimientos que me hacían desear no ser consciente de lo que estaba sucediendo en ese momento. Acabé escribiendo poesía e incluso pensé en intentar publicarlo, pero llegó la oportunidad de Camila y pensé que podría transformar mis escritos en canciones. La música es poesía, todo es arte.

"¿Qué has pensado para tu disco, Lauren?" Entró un mensaje de Camila en mi teléfono.

Dejé la guitarra sobre la cama para que no darle algún golpe sin querer mientras utilizaba mi cuaderno. Lo abrí por una página al azar, arriba se podía leer "Instant Crush" subrayado. Le hice una foto y se la envié.

"¿Eso es poesía?"

"He estado escribiendo este tiempo, intento transformarla... Bueno, iba a empezar ahora. Te he enseñado una página al azar."

"Escribes muy bien."

"Gracias, Camila. Por cierto, ¿Sabes si la cafetería está abierta? Quiero acabar algunas canciones para enseñártelas mañana y necesito café."

"Claro, baja. No tendrán problema en servirte un café."

Dejé todo en la habitación y tras coger mi llave bajé a la primera planta, donde si bien recordaba se encontraba el restaurante.

Había un par de personas en la cocina. Un chico joven se acercó a mi.

— Usted dirá —dijo apoyándose en la barra.

— Café largo, con leche y dos terrones de azúcar.

— No debería meterme pero... ¿Quieres estar despierta toda la noche? Poco más y me pides pura cafeína.

— Ese es el plan. —respondí apoyándome en la barra.

— Marchando.

El camarero encendió la máquina de moler café. Si algo había que me gustase en el mundo era el olor que desprendía el buen café recién molido, y más si era potente.

Mientras la máquina hacía su trabajo el chico calentó la leche y tras eso lo mezcló todo dejando los dos azucarillos a mi lado y un curioso dibujo en la espuma del café.

— ¿Es una mariposa? —pregunté observando el café.

— Para nada, es una libélula, Lauren.

Carraspeé.

— ¿Lauren? ¿Cómo sabes mi nombre?

— Planet Green Eyes. Sois una leyenda aquí.

— Nunca fuimos una leyenda, pero gracias.

El chico asintió y volvió a la cocina. Si es que era un fan... ¿Por qué era un fan tan responsable? ¿Es que la palabra fan no implicaba ya un gritillo de alegría? Bueno, el chico estaba sonriente, supuse que no era solo porque le gustaba estar de turno de noche.

Volví a la habitación y dejé el café en la mesita de noche para que se enfriase un poco. Cogí la guitarra y, sin enchufarla al amplificador, probé varios acordes e hice escalas para acostumbrar a mis dedos de nuevo a las cuerdas. Echaba tanto de menos tocar... Los acordes para Instant Crush y la melodía salieron solos, solo tuve que cambiar parte de la letra para que encajase del todo. Justo cuando me entró sueño recordé el café, debería estar frío... Me lo bebí mientras ojeaba el cuaderno en busca de otra canción. Eran más de las cinco de la mañana pero Instant Crush, Shiver, I Know Places, Invaded y Shelter ya estaban listas.

Instant Chaos [Camren]Where stories live. Discover now