Miedo

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Recuerdos Perdidos

Gtop

El cerebro humano es tan poderoso que bloquea aquellos recuerdos oscuros y perturbadores, guardándolos en lo más profundo de tu conciencia, pero sólo basta con buscar para encontrarlos.

Desperté por la mañana, asustado y agitado, sin saber dónde estaba aún. La habitación era la misma, misma cama, mismas cortinas, todo era igual, y, por mi intento de recordar, también mi memoria estaba igual. Una enfermera me había dicho que me tranquilizara, que el médico vendría pronto, que lo mejor sería relajarme. Palabras fáciles para ella.

Me tragué mis palabras para no ser grosero ¿Creía que era fácil no recordar nada? Pero estaba seguro que a la menor provocación me cederían, otra vez, así que, como ella había dicho, lo mejor era relajarme, o al menos intentarlo

—Buenos días, joven. —El médico entró muy alegremente a la habitación, sonriéndome mientras conminaba a la ventana para abrir las cortinas. —Un día soleado. —Comentó. Cerré los ojos empuñando mis manos, mi cuerpo temblaba...temblaba de miedo. Me sentía perdido, solo en ese lugar.

Personas iban y venían sin decirme nada, hacían comentarios estúpidos y se marchaban, "Paciencia" me pedían todos. Una mano fría en mi frente me sobresalto, haciéndome abrir los ojos.

—Mucho gusto, soy el doctor Park. —Me intentó sonreír, sin embargo no lo logró de una manera convincente. Estrujé su mano sonriendo incrédulamente, sentí mis ojos cristalizarse.

—Yo no sé quién soy. —Mi voz se quebró, y la sonrisa se volvió una mueca forzada. Él sólo inclino su cabeza apenado y se retiró varios pasos de la camilla.

—Hay unas personas que quieren verte. —Comentó mirando a la enfermera que estaba ahí, ella asintió y abrió la puerta.

Cinco personas más entraron ahí, cuatro hombres y una mujer.

—Ellos te conocen, Ji Yong. —Cerré los ojos, respirando hondo, quería calmar el cosquilleo molesto de mi estómago al escuchar ese nombre. Me provocaba nerviosismo y miedo.

—Ustedes...—Murmuré extrañado, una vez que abrí los ojos pude ver a los dos que se decían mis conocidos ayer. La chica sonrió ampliamente avanzando hasta mi lado, esta vez no dijo nada, sólo se quedó de pie a un costado de la camilla. Me recorrí disimuladamente un poco al lado contrario, ella me daba desconfianza después de lo ocurrido antes.

Un silencio denso se formó, poniéndonos incomodos a todos. El doctor se aclaró la garganta, como incitando a que alguien hablara, sorprendentemente, fui yo.

—Yo...de verdad, no recuerdo nada ni a nadie. —Dije lento, mirando sus expresiones a detalle, todos se tensaron, pude verlo, sin embargo ninguno dijo nada. Sus semblantes eran calmados y serios, de esos gestos que pones en un funeral, ni siquiera me miraban, su vista se fijaba en algún punto de la camilla.

—No importa, Ji...lo harás. —Susurró la chica a mi lado, mirándome aun sonriente, muy lentamente posó su mano sobre mi hombro, apenas unos segundos, luego la retiró y sonrió con cariño. Quizá no era mala después de todo.

—Creo que lo más adecuado es que te digamos quien eres. —Tensé el rostro, no estaba seguro de querer escucharlo...que iba a pasar si yo era alguien malo, un prófugo de la justicia, asesino violador... ¿Cómo podría vivir con ello?

Me recriminé mentalmente, no podía ser tan malo...no

—Tú...—Esa voz grave llamó mi atención una vez más, sonaba tan familiar, no sólo del día anterior, era como si la escuchara desde mucho antes, me sacó de mis pensamientos, era el chico de antes, aquel llamado TOP. — Tú nombre es Kwon Ji Yong, naciste el dieciocho de agosto de mil novecientos ochenta y ocho en la ciudad de Seúl, en Corea del Sur y tienes veinticinco años. — Voz fuerte, clara y rápida. Sus palabras fueron tan aceleradas que mi mente tardó en procesarlas.

Recuerdos perdidosWhere stories live. Discover now