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No volvió a ver a Pía, y Ciara se perdió de su vista, a provecho que estaba solo y fue a ver a su hijo, entonces de regreso se encontró con personas conocidas, y aunque no quería, fue inevitable no hablar de trabajo allí. Cuando regreso dentro del salón, era una locura, las personas bailaban al ritmo de una música movida y alegre que lograba electrizar el cuerpo. Se movió por el salón y diviso a la pelirroja de traje verde esmeralda, tomaba fotografías en todas direcciones.

El lugar parecía una disco luego de que degustaran, todo se tornó loco, avanzó en sus pasos y pudo ver como Pía estaba en la tarima animando. No podía salir de su asombro, ella levantaba una mano y todo el que estaba allí lo hacía con ella. Iba de izquierda a derecha y las personas repetían con ella, soltó una carcajada al verla bailar tontamente.

¿Desde cuándo era Pía tan divertida?

Quizás siempre lo había sido, recordaba las bromas que le hacía y como siempre hacia el tonto para que el disfrutara un momento cuando estaba muy cargado con trabajo y de mas.

Siempre ha sido así.

–Esto es motivo de celebración, un gozo que dos personas completamente distintas en temperamentos y costumbres se hayan unido de por vida– una bulla colectiva se escuchó– Dije de por vida.

Grito ella mientras tenía una copa en la mano y la música aunque estaba latente, era menos para poder escuchar lo que ella tenía que decir, las risas resonaron en el salón.

–La verdad es que... no conozco mucho a los novios, seguro me invitaron para que estuviera aquí haciendo el ridículo, lo que en realidad estoy haciendo... Maldita suerte– todos rieron y el raramente, lo que ella decía si le provocaba una risilla de burla–. No les conozco, pero solo quiero hacer un brindis por ustedes... Cuando digo que no les conozco, no hablo de que me invitaron porque si, para los que están pensando ¿entonces que hace esta loca aquí? Explico... – ella miraba a donde estaban los novios, con sus caras rojas y sus ojos llorosos por la risa.

–. Pero dejando de ser tan tonta con lo que digo– hizo una muesca con sus labios y los dientes, de forma exagerada, todos rieron–. Desde que les vi... seguirme la corriente en la boda en donde nos conocimos... supe que algo especial tienen... yo les deseo lo mejor de lo mejor en su matrimonio, que haya comprensión, en los momentos difíciles, porque habrán muchos, pero tienen que resistirlos, chico... a veces es mejor quedarse callado y esperar a que nosotras terminemos con esas explicaciones interminables.

 ¿Desde cuándo Pía hacia esas cosas?

 –Tú, Lin... algunas veces es mejor acceder a la acción aunque te duela la cabeza– un bullicio se escucho y el soltó una carcajada estrepitosa–Si...– los hombres comenzaron a aplaudir–Gracias, pero solo digo la verdad... en el momento en que mas enfadados estén... hagan el amor... nunca vallan a la cama peleados, a menos que se vayan a desvelar o hablando pacíficamente al respecto o quizás besándose... siempre escuche las dos versiones; nunca dejen que una tercera persona dañe lo que tienen, ni si quiera un familiar, vivan el día a día como si fuera el último segundo juntos... y tengan muchos hijos... felicidades.

Una lluvia o más bien un torrencial de aplausos rompió todo el silencio que se había hecho de un momento a otro y hasta el estaba aplaudiendo, Pía había dicho cosas que jamás pensó que diría.

–Viejo... ¿Cómo es que dejaste esa mujer? – Ferrys llegó a su lado y le coloco la mano en el hombro.

–No sabía que ella fuera tan...– fue interrumpido.

Cliché y puntoWhere stories live. Discover now