Capítulo 4

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Capítulo 4...


Los minutos pasaban, la noche iba bastante bien aunque el moreno ya estaba un tanto...incomodo pero definitivamente no era por el peli plata

―oye ¿Y si ya quitamos la película? ―preguntó Goenji

―no me digas que estás asustado―habló un tanto burlón el invitado

―pues no es que sea miedo es solo que ya es algo tarde y tengo algo de sueño

― ¿En serio no es miedo? Porque pareciera que sí, mírate...estás temblando ¿Nunca ves películas te terror?

―a veces pero viviendo solo es algo muy poco factible

―entonces si te da miedo ¿No?

―la verdad...si―sonrió―soy algo paranoico y luego veo sombras o escucho ruidos raros, muchas veces no puedo dormir por eso mejor lo evito, ese es uno de mis muchos miedos, eso y a las abejas desde que me atacaron en el preescolar, con eso se acabaron mis inocentes años

― ¿Es una broma? ―preguntó tratando de aguantarse la risa

―no te rías, por supuesto que es verdad, no sabes lo difícil que fue para mí animarme a salir a jugar otra vez desde ese incidente

―pero si solo son abejas, lo único que puede pasar es que te piquen y ya

―sí, eso hubiera sido bueno pero no era una sino muchas, está bien que yo sea irresistible pero esas malditas me persiguieron hasta el salón, mi salvación fue hacerme bolita...que nadie te diga que esa técnica no funciona...ah y también la profesora pero bueno...que esto sea un secreto ¿Te parece?

―de acuerdo―lo abrazó―todos le tenemos miedo a algo, no te preocupes

El peli plata no paraba de reír, era extraño que el moreno se portara así con alguien y más aún que estuviera tan a gusto de esa manera, fue un instante en el que sin intensión su mirada se clavó en los ojos del chico, nadie decía nada, las risa paraba y un silencio más que incomodo inundaba la habitación, Goenji no sabía qué hacer, sentía algo muy dentro de él que le imploraba acercarse más al chico y no pude negarse, la distancia entre ambos disminuía, el espacio entre sus labios era cada vez más corto hasta que de alguna manera y sin saber exactamente cuándo o como no había más nada que recorrer, ese beso definitivamente no incomodó al menor que se apresuró a corresponder.

―yo...lo siento mucho―se disculpó alejándose rápidamente del chico, pero... ¿Qué diablos había hecho?

―no te preocupes―apenas pudo responder Shirou

―de verdad que no era mi intención, yo...lo siento, no pude evitarlo

―no importa... ¿Por qué no mejor seguimos viendo la película?

¿Por qué rayos había pasado eso?, solo era un beso pero de alguna forma el peli plata así lo quiso, no le molestó el que Goenji se acercara así que no era culpa suya ni de él entonces...¿Qué había pasado?

Por un buen rato no se escuchó más que el sonido del televisor, ninguno de los dos quería hablar aunque en realidad no es que no quisiera sino que ¿Qué podían decir? "Perdóname por besarte así de repente" o un "No te preocupes, esas cosas pasan" ¿Esas cosas pasan? Que tonterías, esas cosas definitivamente no pasan, los minutos seguían su curso y los incesantes pensamientos pasaban cada vez más rápido, faltaba poco para que terminara la película y ambos sabían que debían hablar, el moreno lo miró de reojo, sabía bien que tenía que decir algo pero nada salió de su boca, tomó un poco de valor y así sin más tomó su mano.

―Shirou yo...―el chico le impidió terminar, sin más se acercó y lo besó, instinto tal vez pero ya no había marcha atrás.

La noche transcurría tranquila, entre las caricias y los besos el tiempo pasaba más rápido, nadie decía nada, nadie quería arruinar el momento y para ser sinceros, a esas alturas las palabras ya no eran necesarias.

―buenos días―despertaba el moreno al peli plata con algo de miedo a escuchar su respuesta― ¿Cómo dormiste?

―incomodo, ocupas demasiado espacio ¿Sabes? ―bromeaba aun tallándose los ojos

El desayuno pasaba entre bromas y uno que otro comentario sin sentido, debían darse prisa, las clases comenzaban temprano y aún debían ir a casa de Shirou por sus cosas.

―oye ¿Este eres tú? ―preguntaba el moreno ya en casa del otro chico al ver una fotografía suya de cuando tenía cinco años

―sí, era tan lindo en esa época―suspiró―bueno aún lo soy pero en ese entonces lo era aún más

―pero que modesto eres ¿No te parece? ―preguntó sonriendo―anda vamos o si no llegaremos tarde

―Fubuki ¿Qué pasó con ustedes ayer? ―preguntó el peli verde acercándose al chico

―nos tomó por sorpresa el agua y pues ya no pudimos llegar―respondió como si nada

― ¡oh! ya veo―se quedó pensando un poco― y ¿Por qué no contestabas tu celular en la mañana? Te hablé hace apenas unos minutos

― ¿Mi celular? ―se tentó los bolsillos―no lo tengo, ¿Dónde...? Oh ya, creo que lo olvidé cuando salí de casa de Goenji

― ¿En casa de Goenji? Espera... ¿Por qué estabas en casa de Goenji?

El chico nuevoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora