T r e s

1.6K 148 6
                                    

—↻—

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

—↻—

El encanto de hace días justo ahora suena tan fantasioso.

Me encuentro trenzando mi cabello frente a la peinadora, con la expresión monótona que me deja esta conversación, nada más. Por la molestia que siento mis labios están ligeramente apretados, mientras mis ojos no abandonan la figura que está aún acostada en la cama, examinándome.

Esta es la segunda discusión que tengo desde que llegué a este infinito.

Me siento extraña, se me hace imposible describir mi estado de ánimo con algo más que aquello, sólo tengo claro que no me encuentro bien, y esto obviamente no me gusta para nada. Es el colmo.

Escucho un bufido que llega a desesperarme, seguido de su ronca voz que de no ser por el sabor amargo que me han dejado todas sus palabras hasta ahora, juro que me haría regresar a su lado. Pero no es momento.

—¿Hablas en serio, Bulma?

Sigue mirándome la espalda, a la espera de mi respuesta, la cual llega como unos segundos después de analizar si debo o no arrojarle algún cepillo. Si estuviera viva tendría el frasco pesado de algún perfume que me sería muy útil.

—No es de tu incumbencia lo que pase o no pase ahora por mi cabeza. Todo está jodidamente bien, déjame en paz —vociferó el saiyajin, hastiado al verse acorralado. 

—No podría hablar más en serio —declaro, tragando saliva. 

—¡Me estoy cansando de velar por tu bien! —exclamó en respuesta Bulma, sentándose contra el respaldo de la cama, atónita.

—Nadie te pide que lo hagas —masculló—, ya estoy muerto ¿Crees que necesito un ángel de la guarda?

Finalmente aparto mi vista de allí y termino paseándome mentalmente por toda la habitación, sin querer acabar nuevamente en sus ojos. Es mi turno de dar un suspiro, amarrando el final de mi trenza a la vez.

—No te puedes enojar por semejante idiotez —dice, sin mucha emoción. Al menos está calmado.

—No estoy enojada por una idiotez —recalco, entre dientes. 

—¿Ah, no? —Sonríe, pero no noto verdadero humor en su expresión.

—¿Piensas fingir que nada pasó? Si estoy molesta, la razón no es algo de poca cosa.

—Entonces no estás molesta, fin de la discusión —determina con lo que creo que es fastidio, cerrando sus ojos mientras vuelve a acomodarse para fingir dormir.

Mi rostro toma un semblante de enfado. Excelente.

Dispuesta a replicar doy vuelta, y lo encuentro arropado, muy tranquilo soltando aire contra la almohada con la que podría golpearlo. Cierro mi boca de nuevo. No puedo hacer más nada que irme a pasar el mal trago en otro lugar.

Ella lo miró, de repente sintiéndose dolida al caer en cuenta de lo mal que estaba siendo tratada cuando sólo estaba mostrando por fin su preocupación. Él, que también había estado con su mirada fija en aquellos cristalinos orbes azules, empezó a palpar la culpa dentro de si mismo por sus actos. Sabía que lo había hecho mal pero lo dicho no se podía eliminar y el daño estaba hecho. Se limitó a apartar la vista cuando su esposa dijo que no deseaba verlo, y deseó que las cosas fueran distintas, que aquello que le taladraba en la cabeza desapareciera asi como el calor que le daba minutos antes la presencia de Bulma a su lado.

Me giro en dirección a la puerta, no demoro en abrirla sin emitir ruido para salir y cierro una vez fuera del mismo modo. Cruzo mis brazos resoplando internamente, pensando sin parar en lo que ocurría, avanzo por el pasillo como si estuviera derrotada hasta llegar a la sala. Reacomodo mi expresión cuando noto a mi hijo aquí, con una manzana reluciente en su mano y su rostro despreocupado. Si tan sólo pudiera compartirme de su humor.

—Hola ma —saluda, sonriendo tranquilamente a la par que se levanta de la barra de desayuno—. ¿Cómo estás?

—Bien —miento vagamente, imitando su gesto y dándole un pequeño abrazo que me reconforta—. ¿Qué tal tú? ¿No irías a hacer algo interesante hoy?

Miro su ropa, va deportivo como cada vez que planea irse a visitar a Gohan, y tiene parte de su lacio cabello recogido en una coleta. 

—Bueno... Aún no —Da un mordisco a la fruta—. ¿Qué hay de ti, vas a algún lugar?

—¿Eres adivino? —Trunks ríe un poco—. Sí cariño, volveré luego.

Me acerco a donde él estaba antes y tomo de allí una cápsula de la cesta en donde las guardamos, verifico su número y asiento para mi, antes de sacudir su cabello y despedirme brevemente. Iré a hablar quizás un poco con Milk, en el Kame House mejorado que construyeron.

Varios de mis amigos viven allí, la mayoría del equipo de la Tierra: Yamcha, Krillin, Ten Shin Han, Chaozu, Roshi, Piccolo y los demás. Es grande, por ende hay espacio para todos, conviven allí naturalmente y suelo darme vueltas para verlos.

El mismo proceso de siempre tras el sonido de la nave apareciendo en el patio, subo y miro por un momento el diminuto panel de controles. Decido activar el modo automático luego de fijar el destino, por alguna razón de la no-vida. Suelto aire que ni sabía que estaba conteniendo, y dejo caer mi cabeza en el asiento, cerrando con fuerza mis párpados y estrujando mi rostro. Maldición.

Suelto un gruñido de fastidio y me niego a quitarme de esta posición durante un rato.

Siento que la situación me rebasa, no puedo con esto, intenté hacer lo que Piccolo me recomendó pero nada, todo es igual —o peor— todavía. He estado pensando mucho, y la verdad es que quisiera saber qué diablos esconde, ahora se ha vuelto bipolar y parece que crece más y más todo el asunto. Ya no sólo se trata de curiosidad, nos está afectando como familia.

Sé que Goku y mi amigo verde saben algo, sin embargo únicamente este último está intentando darme pistas.

Igual no ayuda mucho —por no decir que nada—, ya que sólo logra confundirme más de lo que creí posible.

Esto es mucho, ¿Qué demonios debo hacer? o ¿Debo hacer algo a estas alturas?

Vegeta me está desesperando.

N/A:
Espero sus comentarios y opiniones del capítulo. 💗

Tiempo «Vegeta & Bulma» Where stories live. Discover now