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No sé en que momento capté tu atención.

En el instituto soy popular por ser el que marca los goles para el equipo de fútbol; no es mi culpa que todos los demás sean unos inútiles.

Tu solo existías en la clase de literatura, cuando levantabas tu mano con firmeza para darle vida a un poema.

Tu voz, gruesa y suave, se deslizaba por mis oídos y me hacía cerrar los ojos, imaginándome tus palabras como una distorsión de la realidad.

Un día, cuando terminaste tu lectura y yo los abrí, te encontré mirándome.

No con curiosidad, sino con desprecio.

rain my parade。 ㅡyutaeWo Geschichten leben. Entdecke jetzt