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Una vez me dijeron que no era la adversidad del mundo exterior, sino mis pensamientos irracionales al enfrentarla, lo que provocaba mi inestabilidad emocional.

En vez de llegar a casa celebrando cuando ganábamos un partido, aparecía llorando y con ganas de sepultarme en el patio trasero.

Vivo.

Estaba condenado, con la gente decidiendo mi futuro sin pedir mi opinión. El entrenador me buscaba un lugar en equipos profesionales. Mis padres, becas deportivas en las mejores universidades.

Y el dolor en mi espalda aumentaba más y más, aun cuando lo escondiera para que nadie supiera de él.

Pensaba que gradualmente desaparecería.

rain my parade。 ㅡyutaeDove le storie prendono vita. Scoprilo ora