Luhan no entiende a Hana
Hana no entiende a Luhan
Pero ambos rezaban poder entender algo
Porque el problema no eran los sentimientos
El problema es que literalmente no hablaban el idioma del otro
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Hana estaba sentada en el sillón.
Había sido una larga semana y esa noche estaban los dos solos en la sala viendo una película.
Bueno, Hana veía la película. Luhan estaba jugando en su teléfono.
Ya había pasado más de seis meses y Luhan era cada día mejor para el español, así como Hana cada día era mejor para el chino.
Lo que no se habían puesto a pensar era que cada vez faltaba poco para que Luhan regresara a China, y en menos de un año entrarían a la universidad.
Hana pensó en aquello. Le produjo escalofríos.
- Luhan. - Mande -dijo sin apartar la vista del juego-. - Ya casi te vas.
Luhan miró a Hana, provocando que de su celular sonara una melodía que indicaba que por distraerse había perdido el juego, pero Luhan sólo dejó de lado el celular.
Pasó una mano por sus cabellos, Hana intentaba hacerse fuerte, pero el pensamiento si le había dado un poco de sentimiento.
Ninguno de los dos lo decían.
¿Quién los entendería?
Te amo.
Ella no sabía cómo decirlo en chino, por más increíble que fuera, no lo sabía.
Él no sabía decir Te amo, por más increíble que fuera.
Pero a Hana no le gustaba Luhan, ¿verdad?
¿A Luhan no le gustaba Hana?
"Si me gusta" se había dicho una vez frente al espejo.
Luhan tenía claro sus sentimientos, en esos seis meses se había enamorado.
¿Pero qué sentido tenía? Se iría de todas formas.
Luhan entonces le quitó el control remoto a Hana. Lo colocó sobre la mesa, y en ningún momento apartó su vista de los ojos de Hana.
La tomó de la cintura y la hizo recostarse en el sillón. Él se ubicó sobre ella y escondió su cabeza en el cuello de la chica.
Cerró sus ojos, y se mantuvo abrazada a ella.
Hana estaba atónita.
Acarició con manos temblorosas los cabellos de Luhan y quiso llorar.
- Luhan, te quiero.
Luhan casi se quedaba dormido, su voz se había cortado por mover un poco los labios en la piel de la chica, lo cual le provocó escalofríos.
- ¿Qué dijiste? - Nada.
Luhan levantó su cabeza y besó su mejilla.
Después se quedó dormido, con la chica como almohada.
