capitulo 39: ...¿sera posible?

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Ya es hora de que me valla a la casa así que me salgo del comedor para dirigirme a la cocina en busca de Fany con eso de que nos vinimos caminando, no me gusta andar tan tarde en la calle y menos solas.

Elisa: Fany ya es hora de irnos

Fany: está bien solo espérame unos diez minutos más porque tenemos que limpiar las ollas

Elisa: está bien estaré esperándote en las sillas de allá afuera.

Me siento en una de las sillas que están en la entrada del comedor cuando en eso veo pasar a Molly y a John, los primos de Iker que venían de Estados Unidos, eran niños como de unos 9 y 12 años, me caían muy bien eran muy amigables, los conocí en una ocasión cuando iban con Iker y el me los presento.

John y Molly: hola Elisa

Elisa: hola niños

Molly: que haces tan solita

Elisa: espero a Fany

John: ¿Quién es Fany?

Molly: es la amiga de Elisa

John: ¡Aaaaahhh!

Molly: deberías dar una vuelta, estar aquí debe ser muy aburrido

Elisa: pues si pero no me gusta andar sola

John: pues vente con nosotros

Molly: ¡SI! Vente con nosotros

Me levanto de la silla y me voy a dar la vuelta con los niños, la verdad necesitaba un poco de distracción para no pensar en lo que me hacía daño, mucho daño.

Molly: deberíamos pasearnos en la rueda de la fortuna

John: no está mejor el dragón (un juego mecánico que sube y baja de manera muy rápida y violenta)

Elisa: opino que nos subamos a los dos ¿Qué les parece? Así ya no se pelean por cual subirse.

John: Elisa tiene razón

Molly: me parece buena idea, pero el problema es que yo le tengo miedo al dragón y John le tiene miedo a la rueda de la fortuna.

Elisa: pues mira yo me subo con John en el dragón y después contigo en la rueda de fortuna ¿Qué les parece?

John: vez Molly, Elisa si piensa.

Molly: a mí me encanta la idea y Ahs John

Nos dirigimos hacia el dragón, John y yo nos formamos en la fila de espera.

El encargado del juego mecánico nos indica el lugar en el que debemos sentarnos, yo dejo que John se siente primero, esperamos a que el encargado nos ponga la barra de seguridad, en eso él se dirige hacia nosotros y justo en el momento en el que es estaba enganchando la barra escucho a lo lejos que alguien grita que se detenga, ese grito desesperado provoco que mi mirada se dirigiera a donde se había originado ese grito y era nada más y nada menos que...


TE ODIO TANTO AMORWhere stories live. Discover now