One-shot Damie

Feliz cumpleaños, Coqui

POV JAMIE

-Papi... ¿cuánto falta?

La voz de Dul me interrumpe por millonésima vez en todo lo que llevamos de viaje.

-Poco, mi amor.- respondo jugueteando con su cabello, lo que la hace soltar una carcajada. Asiente y vuelve su vista al tablet donde se reproducen fotos y videos de ella y Dakota a lo largo de estos años.

Vamos rumbo a Los Ángeles para pasar el cumpleaños del amor de mi vida junto a ella. Dakota no tiene idea que iremos para allá, de hecho, ella jura y perjura que estamos en Belfast junto a mi padre.

Ingenua.

No me perdí su cumpleaños el año pasado que fue un año dificilísimo para nuestra relación y piensa que lo voy a hacer ahora que todo está jugando a nuestro favor.

Eso sí, este es el primer cumpleaños en el que puedo traer a Dulcie conmigo, y está de más decir que la pequeña está más que emocionada por ver a Dakota.

Es increíble lo mucho que se adora ese par. A veces, cuando las veo juntas, me imagino que somos una familia común y corriente. Sin ex-esposas trastornadas o paparazzis que se encargan de tergiversar todo.

Pero lamentablemente, la vida no es así de linda y sencilla.

Desbloqueo mi celular para ver si vamos bien en tiempo. Y me alegra descubrir que afortunadamente sí lo estamos.

Dul sigue ajena a lo que sucede dentro de la cabina del lujoso avión privado de mis suegros (Mel y Don, por supuesto), mientras que yo estoy muerto de nervios por dentro, espero que a Dakota le guste mi sorpresa.

La voz del piloto (amigo de la familia) resuena por el parlante del avión anunciando que estamos prontos a aterrizar. Dul da un chillido de emoción que logra hacerme reír sacando un poco de la tensión que llevo dentro, y tira de mis manos para que coloque su cinturón de seguridad en la posición correcta.

Cuando comenzamos el vuelo, dejé que lo hiciera sola y...digamos que fue mala idea. Lo hizo al revés. Si me preguntan cómo demonios te abrochas un cinturón de seguridad al revés, no tengo ni la más puta idea. Solo un niño con tres años e imaginación infinita podría saberlo.

Amarro a Dulcie adecuadamente y comenzamos el descenso. Aquí vamos...

***

A la salida del aeropuerto nos estaba esperando el mayor de mis cuñados, Jesse. Es un tipo muy gracioso, secretamente pienso que él es como la versión masculina de Dakota.

Sus personalidades son bastante similares, al punto de que muchas veces anticipan lo que va a decir el otro. Tienen ese tipo de conexión que yo nunca pude lograr con mis hermanas.

Y aunque en algún momento sentí celos de eso, luego comprendí que me encantaba que así fuera, porque me daba la tranquilidad suficiente para saber que Dakota jamás se sentiría sola. No si tiene a Jesse o a cualquier integrante de su familia cerca.

Además, Dakota es algo así como "los ojos" de sus hermanos mayores. Pobre del que se atreva a intentar dañarla, porque digamos que Jesse y Alex no dejarían que saliera vivo de esa. A mí ya me advirtieron, y aunque no tenían que hacerlo porque yo preferiría cortarme un brazo a dañar intencionalmente a Dakota, acaté todas y cada una de sus amenazas.

Porque bueno, Jesse y Alex estaban haciendo lo que cualquier hermano mayor haría.

Volviendo al aquí y al ahora, bastó que Dul viera a su "tío Jess" para que se soltara de mi mano y corriera hasta sus brazos.