La Sombra Del Pasado

CAPITULO II

Tomé mucho aire y valor para hablar con el cuerpo casi inerte de mi hermana necesitaba hacerle entender que no estaba sola, yo su hermanito al que veía con tanta ternura la iba a ayudar.

Toqué su puerta pero no contestó así que me asomé para verla, haciendo notar que ignoraba el porque de sus lágrimas.
—¿puedo pasar, Aleisha?

—Si, pasa Arjen — Dice incorporándose de su cama y al mismo tiempo secando sus lágrimas.

El silencio se apoderó de aquella habitación grande y extensa que parecía no tener fín,  parado frente a ella sólo observaba su pequeña nariz roja y sus ojos un poco húmedos e hinchados de la amargura por la que atravesaba, a pesar de verla tan indefensa, se la veía tan hermosa sus labios color carmesí, su delicada piel Blanca, y su hermoso cabello lacio ondulado en las puntas, ninguno era capaz de romper el silencio me senté junto a ella sin emitir palabra y la abracé como nunca antes lo había hecho o demostrado mi amor por ella.

—Te amo Arjen —escuché salir esas hermosas palabras de su boca.

No dije nada y la volví a abrazar más fuerte, no necesitaba decirle nada para que ella entienda lo mucho que significaba para mí.

—Yo, te amo más Aly — tomé su rostro con mis pequeñas manos acercándola a mi rostro, quiero que sepas que eres mi hermana, que te quiero mucho y que cuentas conmigo en todo momento. —le dije acariciando sus mejillas.

Se separó de mí muy rápido, me observó nerviosa, vi como se puso frente a su ventana, la mirada era perdida y su cuerpo se notaba tenso.
—No diras nada a papá, Arjen. —dijo con su mirada puesta en la nada, decidida a no mirarme más.

—¿Decirle qué ? —digo simulando no saber nada.

—Sabes de lo que hablo, Arjen. Se que eres un niño muy respetuoso y por eso no dirás nada. ¿pero sé que sabes?.

Está bien tú ganas, se que estas embarazada del imbécil de Mikel, pero tranquila no le diré a mis papás porque es tú responsabilidad y porque te quiero mucho dejaré que tú se los digas a ellos.

—¿Lo amas?. —Dije seco.

— A quien, a Mikel. Lo amo con mi vida, hermanito.

—No me refiero a ese imbécil, sino al bebe. ¿Lo amas?.

— Claro que lo amo, es mi bebé y él no tiene la culpa de los padres que le toco. —dice en un hilo de voz.

—Serás una excelente madre, ya lo veras, y no dudo de tú amor hacia el pequeño que se esta formando allí. —señalo su vientre.

—¿Qué quieres que sea? ¿Niña o Niño? —dice sonriente sin mostrar dientes.

—Umh, niño para jugar con él a los videos juegos, al fútbol, entre otras cosas, ya sabes lo que hacemos los machos. —digo dando brincos de emoción por la idea.

—¿Qué? Tú me tratas de decir que serás mala influencia para él, no lo puedo creer.—me señala con su dedo índice y se queda pensativa. Y si es niña. —dice picaramente.

—Bueno, si es niña entonces seré el tio guapo, el cuál la consentira mucho y la llenará de amor, mucho amor. —digo al borde de la risa.

—Estas loco hermanito. —dice ya en tono tranquilo.

y ahora secate esas lágrimas y ven a ayudarme a empacar para el viaje. —digo imitando la voz de papá cuando se enoja.

—No, y no me podré quedar que pereza ir, se me esfumaron las ganas de ir a divertirme, no quiero. —dice haciendo sus pucheros que le salen tan mal.

—No hagas la boca asi, que pareces chimpancé además asi podras despejar la mente un poco y buscaremos ideas para poder darle la noticia a papá y mamá. —no pude evitar reir por sus pucheros.

—duh —me tiró una almohada a mi cabeza seguido de su risita contagiosa, aunque tienes razón sólo despejare mi mente. —dijo con emoción y una sonrisa sin mostrar sus dientes y fuimos a mi recámara a elegir lo que llevaré.

ya listos los dos con nuestras maletas en manos bajamos las escaleras, yo llevaba unos jeans, una camiseta roja con el logo de capitán América y mis converse negros. En cambio Aleisha llevaba puesto un torero jean, una blusa color pastel y unos vans negros.
—Papá,  estamos listos. —gritamos al unísono.

—ya veo —dice papá saliendo del estudio, ahora esperamos a tú madre porque acaba de salir a hacer unos trámites de la empresa como estaremos una semana fuera, entonces tenemos que dejar todo listo.

—Ah, interesante, ustedes ni en vacaciones dejan de trabajar. —dice Aleisha algo molesta.

—¿Papá, dónde iremos?

—Seguro a algún pantano. —dice ella en tono grotesco.

—Aleisha, muestra interes por está familia, pareciera que no nos quieres. —digo molesto.

—¡hija, cariño! —dice mi padre en tono sutil, refiriendose a ella, eres la niña de mis ojos, mi hija amada, te amo, que hice para que nos trates así.

Tranquilo papá, no volverá a pasar Aleisha se va a comportar este es un viaje familiar y sea donde sea que vayamos se que la pasaremos genial. —digo para que él se sienta mejor.

Miro a mi hermana muy enojado me molesta que se comporte como una niña, el niño soy yo y aún asi parezco ser más maduro a su lado.

—tranquilo, enano —susurra a mi oido.

Veo como papá recibe una llamada a su celular y se dirige al estudio, esa llamada lo puso muy nervioso no le dije nada a mi hermana, y me senté a lado de ella a esperar a mamá.
—¿Qué vez, amargadita?

—jaja, que gracioso el enano.

—¿Porqué eres asi con papá? —le digo enarcando mi ceja.

Mi papá no es quien tú crees, ellos son solo apariencia desde que tengo uso de razón me doy cuenta de que ya no son un matrimonio y, este viaje es sólo para fingir con nosotros.

—¡Cállate! Mientes tú mientes. —digo sollozando.

No son mentiras hermano, tú eres un niño aún no sabes nada de la vida.

—¡La vida! — y que sabes tú de la vida si apenas tienes diecisiete años, eres una niña también.

—Ya no peleemos hermanito, yo te amo sin tí me muero eres lo más bello que me regalaron mis padres, y por todo el amor que te tengo te voy a dar este chocolate.

—¿Qué?, pero si son de tú colección de los que mi papá te trae de sus viajes.

—¿Sí? Lo quieres o no.

—¿Qué tiene? ¿Porqué, tú jamas me convidas ni uno?.

—Ahora no le puedo dar uno a mi hermanito, ¿Tómalo antes de que me arrepienta?.

—Esta bien, ¿Gracias?. Espera ¿Cuánto me va a costar?

—De que hablas, payaso. Ya cómelo o te lo quito.

—Okey, okey, te voy a creer.