Capítulo 28

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Taylor se puso tenso al oír sonar el teléfono. Tenía que ser Stuart. Dejó la copa de vino en la mesa y fue a responder.

Se había sentido aliviado al llegar a su casa de Sausalito. Se había pasado las dos últimas horas abriendo ventanas y contraventanas para disfrutar de las vistas de la bahía. Y para mantenerse entretenido, se había puesto a trabajar inmediatamente en un negocio en el que también participarían sus primos y hermanos. Su primo Clint había dejado su puesto como policía de Texas y estaba utilizando el rancho que había heredado de su tía para poner en marcha un negocio parecido al de Durango y McKinnon.

—¿Dígame?

—Tengo la información que querías, Tay.

—Está bien, ¿quién ha hecho la transferencia?

—Un hombre llamado Chad Timberlain.

Taylor intentó recordar dónde había oído ese nombre antes. Y lo recordó justo en el momento en el que alguien llamaba a su puerta. Sintió que se le hacía un nudo en el estómago al darse cuenta de que tal vez se había equivocado al acusar a ______.

—Escucha, Stuart, luego te llamo. Creo que ya sé lo que está pasando, pero tengo que comprobarlo.

Colgó el teléfono y fue hacia la puerta, preguntándose quién podría ser, ya que nadie sabía que había vuelto a Sausalito. Abrió la puerta y se encontró con un hombre de cincuenta y pico años, alto y de complexión fuerte.

Taylor inspiró profundamente al reconocer el perfil del hombre. Era el mismo al que había visto aquella noche en el camino del viñedo, besando a Ruth Russell.

—¿Chad Timberlain? —preguntó Taylor, pillando al hombre por sorpresa.

—Sí —respondió él frunciendo el ceño.

Taylor se echó a un lado.

—Entre. No esperaba verlo aquí, aunque acabo de darme cuenta de lo que ha pasado. Supongo que ha venido porque quiere que hablemos.

El hombre lo miró como si quisiese algo más que hablar con él. Y Taylor lo entendió. A él le habría pasado lo mismo en su lugar.

—Y tenemos que llegar a un acuerdo —añadió Taylor.

Chad pareció relajarse un poco y entró en la casa. Taylor cerró la puerta tras de él.

—Así que, como puede ver —le dijo Taylor a Chad Timberlain un rato después, los dos sentados en su salón, compartiendo una botella de vino Russell—, di por hecho que ______ sabía de dónde había salido el dinero.

—¿Incluso cuando ella le dijo que no lo sabía?

—Sí, incluso cuando ella me lo negó.

Chad lo miró con dureza.

—Me sentí obligado a hacer esa transferencia porque no podía consentir que obligase a mi hija a casarse con usted.

—Lo entiendo, señor.

—¿Y qué va a hacer para arreglarlo? Ruth cree que usted quiere a ______ y que lo que ha ocurrido ha sido un grave error por su parte.

Taylor tragó saliva. El error había sido más que grave. Le había pedido a ______ que creyese y confiase en él, pero no había hecho lo mismo con ella. Miró a su padre a los ojos.

—Es verdad, amo a su hija y seré el primero en admitir que me equivoqué. Eso, si ella quiere volver a hablar conmigo. Aunque, como la amo, voy a luchar por ella, y espero que quiera darme otra oportunidad.

Vino Y Pasión - Taylor Lautner Y Tú (HOT) TERMINADAWhere stories live. Discover now