Capítulo III

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¿Recuerdan que mencioné que MinGuk y yo hacíamos un buen equipo? Bueno, me retracto, ¡ME RE-TRAC-TO! De todas las formas posibles. No funcionamos. No lo hacemos, somos... incompatibles. Como agua y aceite, sal y pimienta, y esas mierdas de ejemplos.

Que ¿Cómo cambié de opinión tan rápido? Fácil. El domingo despertó llorando y mi alerta de 'potencial resfrío' como Taemin lo había mencionado, se activó. Entonces, ahí vino el primer problema. Después de nuestro intercambio verbal en su piso, ¿Cómo iba a llamarlo para que viniese a ver a MinGuk? ¡Oigan, tengo mi orgullo de macho alfa bien puesto! Así que preferí mandarle un mensaje al celular; que no era necesario que viniese y que todo estaba bien con el hombrecito.

Él vino de todos modos y cuando MinGuk notó que era él, dejó de llorar automáticamente. ¡Joder, ¿Qué tenía Taemin?! ¿Acaso hipnotizaba a los bebés? No puedo negar que me causa molestia, si MinGuk no está durmiendo entonces está con un biberón en la boca y eructando, de caso contrario, solo llora conmigo.

Tampoco es como que pueda darle pastillas para dormir para manejarlo.

Es, frustrante por decirlo de alguna manera. El encuentro con mi 'vecinito' fue, incómodo. Sí, admito se me pasó la mano con mi comentario fuera de lugar pero, ¡Él me culpó de tener intensiones de abandonar a MinGuk! O sea, ¿Acaso no dije que lo cuidaría durante estas dos semanas? Lo dije y lo haré; palabra de boy scout.

Da igual. Vino a mi departamento, me saludó (por cortesía obviamente), revisó a MinGuk y se fue. Solo eso. Noté que estaba molesto pero, ¿No debía ser yo quien estuviese molesto? Fue él quien me atacó y dijo cosas, apenas nos conocemos y, ¿Me juzga?

En resumidas cuentas después de su visita, con el hombrecito hemos estado vegetando todo el día en la sala. Trasladé la cuna y moví un sofá para ponerla cerca de la ventana y que le llegase el sol. Decidimos quedarnos en pijama, ver televisión y comer. Ya saben, cosas que hacen los chicos un domingo a mediodía.

- Creo que me gusta más Jay-Jay el avioncito, ¿Qué opinas?

Sí, llevamos ¿Qué, dos días juntos? Y ya le estoy hablando. MinGuk está boca abajo, apoyado en sus manitos y tratando de levantar la cabeza como, no sé, una foquita. Es realmente tierno. Y yo del mismo modo solo que en la alfombra de la sala para quedar a la altura de la cuna plegable. La pizza del almuerzo logré comerla tranquilo porque apliqué la misma técnica del pasado día: si MinGuk come, entonces yo también debía hacerlo.

El timbre sonó y los ojos de MinGuk se abrieron grandes y brillantes. Me incorporé y arrastré los pies hasta la puerta.

- Hola Minho

Bien, lo que me faltaba.

- ¿Qué haces aquí Ren? – avancé dándole la espalda, dejando la puerta abierta que él mismo cerró cuando entró detrás de mí hasta la sala. Me dejé caer en el sofá y luego lo vi mirando estupefacto la escena frente suyo.

- ¿E-es, es eso un bebé...?

- Sí, se llama MinGuK – respondí de mala gana – Hola de todos modos

- E-espera, oye, ¡¿Qué haces tú con un bebé?!

- Lo cuido

- ¿Lo cuidas? – repitió mirándome con el rostro desencajado y mil preguntas cruzando por su cabeza las que, sinceramente, no tenía ganas de responder - E-es, ¡¿Acaso es tu hijo?!

- ¿De qué mierda hablas?

- De qué mierda hablas tú, en serio, ¿Estás cuidando a un bebé? ¡¿Cómo pasó esto?! ¿Eres papá y no me lo dijiste? ¡¿En verdad eres gay?!

[ La Herencia ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora