8. Cambios y conflictos

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Stiles estaba apenas subiendo las escaleras del porche de la mansión Hale, cuando Thalía abrió la puerta, el castaño se asustó al principio por tan repentino acto pero luego éste se relajó al verla. La morena recibió al hiperactivo con una amplia sonrisa.

-Hola Stiles, ¿qué tal?- dijo en tono dulce.

-Hola Thalía, ¿cómo sabías que estaba por llegar?- cuestionó algo sorprendido mientras que la loba se hacia a un lado para así dejarlo entrar.

-Te olí a unos kilómetros- dijo como si fuera lo más normal del mundo a la par que cerraba la puerta tras de sí.

-Ah claro. A veces olvido todo ese rollo de que son hombres lobo- se rió un poco apenado.-Thalía ¿puedo pedirte algo?

-Sí claro cariño. Me sorprende que hayas tardado un poco en pedírmelo, pero si es por lo de Derek voy ahora mismo a Nueva York y lo mato- respondió en tono dulce.

-No hace falta pero gracias- dijo entre risitas. Stiles en serio adoraba a Thalía. Cuando su risitas cesaron hablo.-¿Me das un abrazo?

-Ay claro cariño- acto seguido lo abrazo.

El abrazo duro unos cuantos segundos. Cuando Thalía termino el abrazo, hablo.

-¿Por qué querías que te abrazara?- preguntó con curiosidad.

-No te molestes por mis razones, es que olía a cierta persona que Malia no tolera y pues...

-Querías que mi olor cubriera el de esa persona- le interrumpió.-Astuto.

-¿No te molesta?

-No cariño, claro que no. Se como es el carácter de mi sobrina así que entiendo perfectamente. No le diré nada.

-Gracias- le sonrió agradecido.

La morena sólo asintió.

-Malia está arriba esperándote. Ve a la habitación que antes era de Derek, ahí está ella- dijo mientras se sentaba en el sofá del salón.

-¿Por qué está ahí?- cuestionó muy intrigado.

-Sube y lo veras.

El castaño haciéndole caso a la morena empezó a subir los escalones. Mientras subía, se preguntaba por qué tanto misterio y el por qué Malia estaba en la habitación del chico del cual él seguía enamorado. Al llegar arriba se topó con una persona. No era una persona común y corriente, era un hombre que el pequeño castaño conocía perfectamente. Ese hombre era alto, tanto o incluso un poco más que Derek, su cuerpo era fornido, su piel era de un tono algo bronceada, tenía el cabello negro como el carbón y sus ojos eran del mismo color verde que poseía Derek. Ese hombre era más y nada menos que el padre de Derek, Robert Hale. Stiles al verlo se puso nervioso, no es que tuviera una mala relación con él, de hecho se agradaban mutuamente, sólo era que ese hombre imponía mucho en cuanto era visto.

-Hola Stiles- le saludó con una sonrisa el patriarca de los Hale.

-Hola Sr. Hale- le devolvió el saludo con cierto nerviosismo.

-Stiles te he dicho varias veces que me llames Robert- le sonrió con amabilidad.

Robert solía ser siempre una persona muy seria, que no sonreía para las demás personas, pero para su familia y los Stilinski era siempre diferente, para ellos él podía sonreír.

El humano sólo se limitó a asentir. Era verdad eso, pero para el pequeño castaño era extraño llamarlo por su nombre de pila.

Todos quieren a StilesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora