23. Navidad

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Los días pasaban con parsimonia para Stiles en la mansión Hale, desde el día que terminó con Lydia había estado con Derek casi todo el tiempo. Ya sea que vieran una película en la habitación del mayor, ir a caminar por el bosque, o simplemente tener tórridos encuentros en el cuarto de Derek.

Aunque el menor estaba la mayor parte del tiempo con el azabache durante su estancia en la mansión Hale, también pasaba tiempo de calidad con otros miembros de la familia Hale como Cora, con quien jugaba videojuegos generalmente; pasabas ratos agradables de igual forma con Laura conversando, o haciendo maratón de alguna serie y le encantaba pasar el tiempo cocinando con Talia, ayudarla a preparar el desayuno, comida y cena; o tan sólo haciéndole compañía mientras ella cocinaba.

Con los individuos con los que no convivía mucho Stiles era con Robert, que comúnmente se la pasaba en su despacho trabajando, pero los pocos ratos que el castaño llegaba a pasar con el patriarca de los Hale los disfrutaba escuchando las anécdotas de su juventud, o escuchando historias vergonzosas de sus hijos. Y con Malia, con quien en algunas ocasiones intento hablar para enmendar las cosas, no tenía caso seguir enojado con ella. Pero las veces que intento hablar con ella, la coyote le huía como si tuviera la peste bubónica. Ya vería el beta como solucionar las cosas con Malia.

Entre las cosas que había aprovechado a hacer en su tiempo libre esos días, había sido disculparse con Paige por todo, sólo bastó un peluche gigante de jirafa, los cuales eran los animales favoritos de la castaña; unas galletas de chispas de chocolate y brownies, todo horneado por él; un café y unas disculpas llenas de sinceridad y arrepentimiento por sus actos. Todo había quedado zanjado entre ambos y quedaron como amigos.

Ya mañana era noche buena y el castaño se encontraba sentando en la mesa del comedor, terminando de envolver una caja con papel de regalo color rojo.

-¿Qué envuelves, Stiles? ¿Acaso es mi regalo?- inquirió Laura en broma, sentándose en la silla que estaba a la derecha del menor.

-Qué va. Ese ya lo envolví hace días- respondió divertido, anudándole un listón dorado en forma de moño al rededor de la caja.

-Entonces, ¿para quien es éste?- preguntó, admirando el trabajo tan bonito del lobo.

-Para Talia, era el único obsequio que me faltaba por envolver. Los demás ya están listos. Ojalá les gusten- dijo en tono soñador.

A penas hace unos días Stiles pudo ir a su casa a buscar los regalos para la familia Hale y efectivamente el único que faltaba por envolver era el obsequio de la alfa, el cual al fin estaba listo.

-Nos van a encantar, siempre sabes que darnos- le aseguro con una sonrisa.

El castaño solo se limitó a sonreírle de vuelta.

-Aquí entre nos, ¿qué le darás a mi hermano? Tengo mucha curiosidad, prometo no decírselo a él ni a nadie. Dime, anda, antes que vuelva Derek y nos oiga.

-No te voy a decir, tiene que ser sorpresa- alegó, frunciendo el ceño levemente.

-Tiene que ser sorpresa si, para quien recibe el obsequio. No importa si yo lo se.

-Quiero que se sorprendan todos y eso te incluye a ti.

-Sí me dices que le vas a dar a Derek te digo que te voy a regalar yo- intento negociar.

-Nop. Quiero sorprenderme con tu regalo- se negó.

-Bien, sí me dices que es, te digo que te va a dar Derek- siguió insistiendo.

Todos quieren a StilesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora