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Todo esto comenzó hace bastantes años, cuando todavía tenía la cara llena de puntos negros y mí mayor preocupación era pasar desapercibida en el Instituto.
Tenía 14 años recién cumplidos, era la típica chica gorda, bajita y de la que todo el mundo se reía si salía la oportunidad; yo quería cambiar mi modo de vida, e intenté conseguirlo.
Usar maquillaje, un nuevo armario, compuesto a base de ropa barata y de poca calidad; y un corte de pelo nuevo, acompañado de una plancha de última generación con rizador incluido, servirían para lavar un poco mí imagen. Empecé a atraer a un par de chicos de mí clase, no muy guapos, ni tampoco de mí gusto, pero, algo es algo. También me hice amiga de un par de chicas de poca monta, que sólo me servían para aparentar algo, y de las que desconfiaba totalmente. Pasaron los meses y me empezaba a aburrir de tanta parafernalia,de tanta fiesta rodeada de idiotas, y de perder el tiempo arreglandome, hasta que uno de los chicos decidió ir a más. Comenzamos con mensajes, con algún que otro toqueteo en clase y luego ya vinieron las palabras mayores; quedamos fuera de las clases, a solas, en el parque nos morreabamos en los bancos, nos tocabamos y poco más.
A mí esto me aburría ya que él no me gustaba, aunque empecé a pillarle el gusto a eso de hacer de rabiar a los hombres. Cada vez que lo dejaba con la miel en los labios se ponía de los nervios, y eso me encantaba; dejarlo con cara de tonto esperando un beso, me ponía más cachonda que cualquier película porno de aquéllas que veía en pornhub. Entonces empezó lo bueno, entonces comenzó el problema.

PerfectionWhere stories live. Discover now