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Aquél chico fue el desencadenante de todo. No sabría decir exactamente porqué, pero sí sé uno de los momentos claves que marcarían el antes y el después.
Era un viernes de esos en los que esperas un buen día, sin problemas y con todo planeado, hasta que apareció en mí móvil un mensaje "te apetece pasarlo bien esta tarde?", ya sabía quien era, y no había mucho en lo que pensar, "sí". Cuando llegué a clase ahí estaba, con los brazos cruzados apoyado en la pared, mirándome. Se supone que aquéllo debería haber impresionado, me tendría que haber puesto a cien porque se veía sexy, y a cualquier mujer le hubiese pasado, pero a mí me pareció la mítica escena de clase, siempre se apoyaba en la pared, y siempre estaba igual, ni sexy ni nada.
Me sonrió, yo le correspondí y se me acercó.
-Me gustaría ponerte contra la pared, guapa...
Me giré, lo miré,y puse cara de indiferencia, siguiendo hacia la taquilla.
No me gustó nunca demostrar mis sentimientos, por si se reía de mí o por si se enamoraba...
Cuando volví a mirar para él, tenía cara de decepción, yo ni corta ni perezosa le sonreí y levanté la ceja. Entramos en clase y le perdí la pista, hasta que llegó la hora de salida. Cuando iba andando por la calle sola, sin tanto idiota alrededor, alguien me dio una palmadita en el culo.
-Te voy a comer entera-me dijo él con un tonito poco adecuado para andar por la calle y para la edad que teniamos.
-Pervertido
-Es que me pongo cachondo hasta cuando te veo andar-me volvió a decir con aquél tonito, y acercándose a mí cuello. Esquivé el beso que se avecinaba, le cogí de la mano y le estrujé los dedos, acto seguido le miré a los ojos y le dije:
-Esta tarde sí que te voy a poner cachondo, a las 5 estoy en tú casa.
Le solté la mano, me giré y seguí mí rumbo, a mí nadie me tocaba el culo y se iba de rositas, ni antes ni ahora.

PerfectionOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz