Sala 6

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Cerré la puerta tras de mí, con los ojos cerrados y mis oídos zumbando. El zumbido me rodeaba. Cuando la puerta se terminó de cerrar el zumbido se detuvo. Abrí mis ojos sorprendido, y vi que la puerta por la que había entrado había desaparecido. Ahora era sólo una pared. Mire alrededor en shock. La habitación era idéntica a la sala 3, la misma silla y la lámpara, pero con la cantidad correcta de sombras. La única diferencia era que no había ninguna puerta de salida, y por la que yo había entrado había desaparecido. Como he dicho antes, no he tenido antecedentes anteriores en términos de inestabilidad mental, pero en ese momento caí en la locura. No grite. No hice ningún sonido. Empecé a rascar la pared suavemente. La pared era dura, pero sabía que la puerta estaba ahí en alguna parte. Mis uñas partiéndose hasta la piel contra la madera. Caí de rodillas en silencio, el único sonido en la habitación era el incesante rascado contra la pared. Yo sabía que estaba ahí. La puerta estaba ahí, yo sabía que lo estaba. En ese momento escuché una voz que me dijo:

-"Estás bien?"

Salte del suelo y me pare de un solo movimiento. Me apoye sobre la pared y vi lo que me había hablado. Es hasta este día que me arrepiento de haber volteado.

Una niña estaba parada ahí, tenía un vestido blanco que le llegaba a los talones. Tenía el cabello rubio y largo que le llegaba hasta la mitad de la espalda y la piel blanca con ojos azules. Ella era la cosa más terrorífica que jamás había visto, y sé que nada en mi vida será tan inquietante como lo que vi en ella. Mientras la miraba, vi algo más. Donde ella estaba parada vi lo que parecía el cuerpo de un hombre, solo que más grande de lo normal y cubierto de pelo. Estaba desnudo de pies a cabeza, pero su cabeza no era humana, y sus dedos eran mucho más largos. No era el diablo, pero entonces ¿Qué era?. La forma que tenía la cabeza era la de un carnero y el hocico de un lobo. Era horrible, y era sinónimo de la niña que estaba enfrente mío. Eran la misma cosa. No puedo describirlo realmente, pero los veía al mismo tiempo. Compartían el mismo lugar en esa habitación, pero era como ver dos dimensiones distintas. Cuando veía a la niña veía a la criatura, y cuando veía a la criatura veía a la niña. No podía hablar. Yo apenas me podía ver. Mi mente estaba rechazando lo que intentaba procesar. He tenido miedo antes, pero yo nunca había estado tan asustado como cuando estaba atrapado en la sala 4, pero eso fue antes de la sala 6. Sólo me quedé ahí, mirando a lo que fuera que me hablo. No había ninguna salida. Estaba atrapado con eso aquí. Y luego habló de nuevo:

-"David, debiste haber escuchado".

Cuando hablo, oí las palabras de la niña, pero la otra criatura hablo a través de mi mente con una voz que no intentaré describir. No había otro sonido. La voz solo seguía repitiendo esa frase una y otra vez en mi mente, y yo estuve de acuerdo. Ya no sabía qué hacer. Yo estaba cayendo en la locura pero no podía apartar los ojos de lo que estaba delante mío. Me caí al suelo. Pensé que me había desmayado, pero la habitación no me lo permitió. Yo sólo quería que terminara. Estaba recostado, mis ojos bien abiertos y la criatura mirándome. Corriendo por el suelo, delante de mí estaba una de las ratas de juguete de la segunda sala. La casa estaba jugando conmigo. Pero por alguna razón, ver esa rata trajo mi mente de vuelta, y mire alrededor de la habitación. Yo iba salir de ahí. Yo estaba decidido salir de esa casa, vivir y no pensar en este lugar de nuevo. Sabía que esta habitación era el infierno, y yo no estaba dispuesto a ser un residente. Al principio sólo mis ojos se movían. Busqué en las paredes cualquier tipo de apertura. La habitación no era muy grande, así que no tarde mucho en ver todo el lugar. El demonio todavía se burlaba de mí, la voz cada vez más fuerte mientras la criatura seguía parada en su sitio. Puse mis manos en el piso y me levanté a mí mismo a cuatro patas, volví a escanear la pared detrás de mí. Entonces sentí algo que no podía creer.  La criatura estaba ahora en mi espalda, susurrando en mi mente que no debí haber venido. Sentí su aliento en mi nuca, pero me negué a dar la vuelta. Un rectángulo grande había sido arañado en la madera, con un pequeño hueco en el centro. Justo enfrente de mis ojos vi el número 7 que yo mismo había tallado en la pared. Yo sabía lo que era. La sala 7 estaba justo detrás de la pared donde la sala 5 estaba antes.

No sé cómo lo había hecho, tal vez fue por el estado de mi mente en ese momento, pero había creado la puerta. Sabía que lo había hecho. En mi locura había tallado en la pared lo que más necesitaba, una salida a la siguiente habitación. La sala 7 estaba cerca. Sabía que el demonio estaba detrás de mí, pero por alguna razón no podía tocarme. Cerré mis ojos y coloque mis manos en el 7 que estaba enfrente mío. Empujé, empujé tan duro como pude. El demonio estaba gritando ahora en mi oído. Me dijo que nunca iba salir. Me dijo que este era el final, pero que yo no moriría, sino que viviría ahí con él. No iba hacerlo. Empujé y grite lo más fuerte que pude. Sabía que iba a pasar por la pared eventualmente. Cerré mis ojos y grite, el demonio se había ido. Quede en silencio. Me di la vuelta lentamente y vi la sala como era cuando entre, sólo la silla y la lámpara. No podía creerlo, pero no tuve tiempo de pensar. Me di la vuelta mirando al 7  y salte hacia atrás un poco. Vi una puerta. No era la que había tallado, sólo una puerta regular con el número 7 en ella. Todo mi cuerpo estaba temblando. Me tardé un poco en girar la perilla. Sólo me quedé ahí, viendo la puerta. No podía quedarme en la sala las 6. Pero si esto solo era la sala 6, no podía imaginarme lo que me esperaba en la sala 7. Finalmente tome aire, gire la perilla y abrí la puerta a la sala 7 y entre ahí.

La Casa Sin FinWhere stories live. Discover now