La Casa Sin Fin

Sala 9

La oscuridad alrededor mío era como nada que hubiera experimentado hace momento. La sala 3, era oscura, pero no se comparaba con lo que me estaba envolviendo. Ni siquiera estaba seguro si estaba cayendo después de un rato. Me sentía sin peso, cubierto en oscuridad. Luego empecé a sentir una gran tristeza. Me sentía perdido, deprimido, incluso suicida. La visión de mis padres entro en mi mente. Sabía que no era real, pero lo había visto, y la mente tiene problemas en diferenciar lo que es real de lo que no. La tristeza sólo se hizo más grande. Estuve en la sala 9 por lo que parecieron días.
La habitación final. Y eso era exactamente lo que era, el final. " La Casa Sin Fin " tenía un final, y yo había llegado a él. En ese momento me rendí. Sabía que iba estar en ese limbo por siempre, acompañado por nada más que oscuridad. Ni siquiera el zumbido estaba ahí para mantenerme cuerdo. Había perdido todos los sentidos. No podía sentirme. No podía oír nada, la visión no me servía de nada en este momento, trate de encontrar gusto en mi boca pero no encontré nada. Me sentía sin cuerpo y completamente perdido. Sabía dónde estaba. Esto era el infierno. La sala 9 era el infierno. De pronto sucedió. Una luz. Una de esas estereotípicas luces al final del túnel. Sentí el piso debajo de mí, y estaba parado. Luego de un momento para orientarme y recuperar mis pensamientos y sentidos, caminé hacia la luz.

Mientras me acercaba a ella, tomó forma. Era una ranura vertical en una puerta sin ninguna marca. Camine lentamente hacia la puerta y me encontré donde había empezado, la recepción de "La Casa Sin Fin". Estaba igual que como la recuerdo. Todavía vacía, todavía decorada con los adornos de Halloween. Luego de unos momentos de normalidad, examine el lugar tratando de encontrar algo diferente. En la mesa había un sobre blanco con mi nombre escrito a mano. Dentro había cinco billetes de $100 dólares y una carta que decía:

David,

¡ Felicitaciones! Usted ha llegado al final de "La Casa Sin Fin"! Por favor, acepte este premio como muestra de su gran logro.

Siempre contigo,

La administración.

No podía dejar de reírme. Me reía por lo que parecieron horas. Me reía mientras caminaba a mi auto. Me reía mientras conducía. Me reía mientras me estacionaba. Me reía mientras abría la puerta de mi casa y continué riéndome al ver el pequeño 10 grabado en la puerta de mi habitación.