El desafio

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Fleur siguió corriendo acelerando su paso tratando de alejarse lo más que pudiera del pelirrojo. Muchas veces la habían tratado mal pero casi siempre eran mujeres compañeras de colegio o conocidas de Francia, nunca un hombre la había tratado con desprecio e indiferencia como lo hacia Bill – Quien se crege el paga tratagme de eso fogma. - y aceleró su paso indiferente de lo que sucedía a su alrededor.

Bill se había quedado quieto por un momento después de que la rubia empezara con su marcha, no entendía que había pasado ni como había terminado en esas cosas cuando debería estar quizá durmiendo. De repente un impulso de competencia inexplicable cruzo la mente de Bill e hizo que de inmediato empezara a correr tras la chica. Al principio le costó alcanzarle pues en los escasos segundos que se demoró en reaccionar Fleur le había tomado buena distancia, como era de suponerse para alguien que regularmente hace este tipo de cosas, la joven rubia tenia un buen paso y una muy buena resistencia. El pelirrojo se puso justo detrás de ella y al darse cuenta que no lo notaron, aceleró intentando rebasarla.

Fleur notó como una persona de cabellera roja pasaba a su lado a toda velocidad, inmediatamente se dio cuenta que era su "querido" jefe, aceleró un poco su paso y se puso codo a codo. - Cregues que pueges ganagme?.

Por alguna extraña razón Bill sonrió ante el desafío y continuo con su paso durante algunos metros más. Fleur por su parte simplemente se concentro en mantener el ritmo que a decir verdad se le hacia fácil. Corrieron por las riveras, en el horizonte se veía el final de los senderos que daban paso a las calles vehiculares de la city. Con una mirada ambos se dijeron que el primero en llegar a ese punto donde terminaba la zona peatonal ganaba el desafío y aceleraron más sin notar al muggle que repartía periódicos conduciendo una bicicleta y que sin notarlos también se cruzó en su camino mientras observaba a una mujer cercana.

- Pego como......

Fleur caminaba de regreso por las calles abochornada y a la vez furiosa, se había dejado llevar por la rabia que sentía contra Bill y esto le había hecho terminar en el fondo del rio y untada de fango en todo su cuerpo, para acabar de completar no podía usar magia para asearse ya que había muchos muggles curiosos en la zona ademas del pobre ciclista que les empujó. Bill caminaba a un lado de la chica, sonriendo por que aunque no había un claro ganador del duelo que tenia con la chica, se imaginaba lo que ella debería estar pasando en ese momento que al igual que el se encontraba sucia de barro y oliendo a pez. Siguieron caminando un poco más hasta que una familiar voz los hizo detener.

- Espero no estar molestando su diversión – Tanto el pelirrojo como la embarrada y húmeda rubia frenaron en seco, no necesitaron voltear a mirar al hombre que les dirigía la palabra, ambos conocían perfectamente esa voz, incluso Fleur que solo le había tratado lo necesario durante el año anterior.

Cuando los dos chicos miraron en dirección a quien les hablaba no pudieron notar el desatino que significaba estar vestido de la manera en que este hombre vestía en aquel lugar, muchos de los muggles que pasaban por ahí reían, comentaban o se alejaban de aquel hombre. Los dos jóvenes se le acercaron lo suficiente como para poder hablar sin ser escuchados aunque ninguno de los dos entendiera exactamente que estaba pasando. Para Bill era un día que pensaba estaría descansando y lejos de toda su rutina y para Fleur era un sábado como todos los anteriores a excepción de que esta vez estaba embarrada y olorosa por todo su cuerpo. - Siganme por favor – Los dos jóvenes embarrados y olorosos hicieron lo que el recién llegado les dijo y le siguieron.

Caminaron algunos metros más hasta una especie de cabina color verde que antes mientras corrían no habían notado ahí. El hombre a quien siguieron entró e hizo señas para que los dos chicos entraran, era un baño publico de Londres. - Puag nunca pensè que entagia a un lugag de estós. Que guepugnante. - Mientras Fleur se quejaba de la extraña situación Bill cerraba sus ojos como en seña de total desagrado por la actitud de la chica, entraron al compartimiento. Al igual que las carpas de campar que la familia Weasley había usado durante los campeonatos mundiales del año pasado, aquel cubículo tenia un encantamiento que lo hacia ver pequeño y corriente por fuera pero grande y especial por dentro. - Creo que seria ideal que primero se asearan un poco. Puedo notar a la señorita un poco incomoda. "Scourgify" "Tergeo" - Con dos movimientos de su varita, las ropas y los cuerpos de los dos jóvenes magos quedaron limpios y relucientes. - Perfecto, creo que solo me falta un pequeño detalle – volvió a mover su varita y ahora señalando directamente a Fleur que ya sonreía un poco al sentirse limpia y fresca, conjuro un encantamiento más. - "Odor rosarum" - Fleur fue impregnada con el mas fino olor a rosas que jamas había sentido, incluso Bill debía reconocer que era mas que agradable ese olor. La chica sonrió de nuevo y miro a quien le había regalado aquel delicioso olor con un hechizo que no conocía.

- Muchas gracias profesor Dumbledogue, de verdad estaba incomoda con ese lodo y el olor del rio. - Ha sido todo un placer señorita Delacour. Aproposito querido Bill, te felicito por salir y enseñarle la ciudad a la joven Delacour pero ¿que hacian en el rio? - Dumbledore que como siempre sabia muy bien que era lo que había pasado intentaba relajar un poco la situación. Antes de que Bill pudiera contestarle o decirle algo prosigio. - Creo que sería ideal que partieramos ahora mismo, si desean tomar mi brazo por favor – Ambos chicos tomaron el brazo del viejo profesor y en menos de lo que tardaron en hacerlo fueron succionados en una aparición conjunta.


Bill y Fleur, hechos el uno para la otra.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora