It's a girl

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Luna

¿Alguna vez has bailado con un chico especial? Bueno, yo puedo decirte la sensación, cuando él llega hasta ti y toma tu cintura con delicadeza, como si fueras una pieza frágil a punto de quebrarse, es la sensación más satisfactoria del mundo, porque todo se desvanece para que ustedes dos solo bailen, ahora ¿te imaginas que es danzar con el creador del mundo? Es la misma sensación, solo que ahora, danzan sobre el universo.

Unos suaves acordes empezaron a sonar, un piano suave que indicaba la presencia del rey de reyes en el lugar, el rey del universo se acercó lentamente hacia mí, me incline ligeramente haciendo una suave reverencia y él me tomo de la cintura, era hora que el Rey y su hija dancen.

Tres vueltas, un salto, una vuelta más, de repente volvió a suceder, él poniéndose tras de mi comenzó a guiar mis pasos, nunca supe bien si lo que se trataba era de él haciéndolo o yo, pero uno de los dos guiaba al otro danzando, mis manos se alzaban delicadamente, mientras mis pies giraban, un paso, dos y salto, giro, mano y me devuelvo.

No sé si siempre había tenido un manto allí o si sencillamente apareció uno, dos, solté el manto, giro, lo recibí nuevamente, giraba y salto, uno, dos, tres, giro, él rey guiaba mis pasos, casi corriendo tras de mí, quería que se sentara, que me viera danzar para él, pero descubrí una mejor sensación, danzar con el rey de Reyes, poso su mano nuevamente en mi cintura mientras nos elevaba en dulces círculos volvimos a tierra para mecerme lentamente entre sus brazos.

- ¿Me vas a acordar de esto cuando despierte?

- Claro que si... a su debido tiempo... pero por ahora tienes visita

Becca

- Hola Lunita... ¿vas a despertar pronto verdad?- Tome la mano de Luna y la puse sobre mi barriga, bueno, la única mano que tenía, ya que la otra estaba enyesada, hasta que ella despertara - Mira... ya se mueve, y me dicen que ya puedo saber si es niño o niña... ¿vas a cumplir tu promesa verdad?

- ¡Aquí estabas!

- Hola Fran- dije viéndolo, estaba tan bonito, también se notaba que estaba un poco asustado, era normal, yo también me siento así, en un rato tenemos la cita para poder ver el bebé, y además la doctora nos dijo que iba a estar lo suficientemente grande como para saber el sexo, Fran y yo hemos tenido muchas discusiones por eso, resulta que él no quiere que su hija se llame Amy, quiere algo como Ruth o algún otro nombre feo de la biblia

- Deja descansar un rato a Luna

- ¿Tú crees que si va a despertar? Dylan sufre mucho

- Ten la certeza que no es el único- Dijo haciendo un gesto de desagrado

- ¿La extrañas?

- Claro... es mi mejor amiga...

Me levante suavemente, mordí mis labios para no preguntarle a Francisco si aún la amaba, mi madre me había enseñado desde hace mucho tiempo a no preguntar cosas que no sería capaz de escuchar la respuesta, Fran me tomo dulcemente de la mano y salimos, la parte de obstetricia era en la segunda planta y nosotros estábamos en la quinta, no sé cómo me sentía al verme cada vez más llenita, sabía que todo era gracias a la comida que Martaamablemente se encargaba que yo me metiera a diario.

Al principio, con lo de Luna, pensé que lo más seguro era que me iban a ignorar de igual manera que mi madre lo hizo cuando consiguió novio, pero no, al contrario, cuando no estábamos en el hospital, los pastores Recman se enfocaban en mí, en mi salud, en mi bebe, me enseñaron a orar, Antonio todas las noches iba a mi cuarto y me leía un par de capítulos de la biblia y Marta, cuando yo llegaba de trabajar, me ayudaba a controlar la ansiedad y la depresión, mi vida había sido completamente llena de amor, pero me faltaba mi hermana, el cuarto de Lu había sido cerrado y ver esa puerta y saber que no había nadie allí me hacía sentir como si hubiese perdido algo enorme, a veces la culpa no me dejaba dormir, era ahí cuando iba donde Dylan y nos quedábamos horas hablando, era genial no tener más sentimientos por Dy, él ya no me podía hacer daño

En el Tercer CieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora