Capítulo cinco: «Error»

4.2K 961 165
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Juguetes y niños por doquier dieron inicio a mi sábado por la tarde.

¿Es posible que los Legos se hayan agotado? —Comenté tras esquivar a una niña de rizos colorados que correteaba detrás de su mamá.

SeungKwan no me oyó. Aunque sinceramente parecía ignorarme. 

¿Escuchaste lo que dije o vas a seguir fingiendo que no existo?

Inexplicablemente él rió. Fue raro. Muy raro. Un sonido nuevo y jamás registrado para mi.

Es imposible no oírte, Chwe

No supe qué pensar al respecto. No me consideraba un gran charlatán.

Deberíamos preguntarle a uno de los empleados para dar con ellos más rápido. —Acoté minutos más tarde, un tanto cansado. 

Si estás dispuesto a tirar la toalla tan pronto, entonces ve. —Respondió al alzarse de hombros.

Claro que no lo hice.

Continuamos en la búsqueda por cada corredor, caminando en silencio (en un incómodo silencio), hasta que en una de las góndolas localicé un peluche que me resultó familiar.

Oye, SeungKwan. ¿Eso de ahí no se parece a la ridícula rana que siempre llevabas contigo? —Pregunté sin pensar.

Al no recibir respuesta, y darme cuenta que avanzaba solo, volteé con curiosidad.

Él se había ido.

Lo busqué dentro de la juguetería y no lo hallé. Tampoco en los aledaños de la tienda. Corrí en dirección al primer piso, tomando las escaleras mecánicas, y lo encontré caminando de prisa hacia la salida. Me dirigí a él justo después de atravesar las puertas de cristal y lo tomé del brazo.

¿Piensas dejarme hacer todo el trabajo a mi o qué? ㅡFue lo primero que salió de mi boca y lo último que hubiera querido decir, luego de verle las mejillas empapadas de lágrimas.

Se apartó de mi y siguió su camino.

SeungKwan, ¡Espera!

Quise detenerlo, pero sus reflejos eran rápidos y se hizo a un lado.

¡Déjame! ¡Vete! —Gritó.

¡Pero quiero hablar contigo! —Reclamé.

¡No quiero hablarte!

¡¿Por qué?!

Entonces me enfrentó. 

Porque no te soporto, Hansol. Ahora déjame en paz.

Y eso mismo hice. Lo dejé marchar y me quedé allí de pie hasta que lo perdí de vista.

Había metido el dedo en una vieja llaga y ahora si que me había ganado el genuino desprecio de Boo SeungKwan.


Continuará...


Mr. Caprichitos 🐸 :: VerKwanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora