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Epilogo:

Tres Meses después

Matsuri daba vueltas de aquí para allá, frente a la oficina de su maestro. ¿Qué podía hacer ahora? ¿Por qué aquello tenia que pasar justo ahora?

Bueno, en realidad no era completamente malo. Dios, ¿Qué decía? Aquello era…tan perfecto que no podía encontrar las palabras necesarias para describirlo.

Pero solo había un pequeño problema

¿Qué diría el al respecto?

Dejo salir un pequeño gemido, un sonido gutural, como queja.

Suspiro con nerviosismo, recordando como había empezado todo aquello…

Flash Back

¿Te gustaría venir a cenar esta noche, Matsuri? —Pregunto una alegre Temari.

La castaña levanto la mirada.

Claro Temari-san —Contesto sonriéndole.

Fin Flash Back

Se preguntaba en su interior que hubiese pasado si no hubiese ido a cenar a la casa de los hermanos del desierto, aquella noche.

Recordaba perfectamente todo lo que había pasado, para su desgracia.

Flash Back

Toco dos veces en la puerta y espero un momento hasta que Kankuro le abrió la puerta

Matsuri —Saludo, sonriendo.

Buenas noches Kankuro-san —Regreso ella el saludo, entrando al hogar.

Desde luego ella ya sabia que el hermano mayor de su maestro conocía todo el cuento de la apuesta, el mismo Kankuro se lo había dicho. Desde entonces sentía que tenía más confianza con el marionetista.

Bienes a cenar o ¿es una visita privada para Gaara?

El rostro de la castaña se torno de colores de inmediato y bajó la mirada al suelo.

Cállate Kankuro —Ordeno el pelirrojo, llegando junto a el con el ceño fruncido.

Matsuri levanto su mirada y al encontrarse con la de su maestro se tranquilizo.

¡Matsuri! —Exclamo Temari, asomando la cabeza desde la cocina—. Que bueno que llegaste, ¿podrías ayudarme con la cena? —La rubia le sonrió.

Por supuesto Temari-san.

Matsuri se encamino a la cocina y treinta minutos después la cena estaba lista.

Todos se sentaron en la mesa: Temari, Gaara, Kankuro, Shikamaru —El cual seguía estando en Suna, haciendo misiones junto a su novia—, Kumiko —invitada por Kankuro— y Matsuri.

Todos se sirvieron la comida, pero justo en el momento en que la castaña iba a empezar a comer sintió cierto asco hacia lo que tenia servido en el plato.

Miro la comida sin poder evitar cierta repulsión. No entendía a que se debía, no existía ninguna comida que no le gustase.

Todos su estomago se revolvió y miro de nuevo hacia la comida. "Asquerosa" Pensó en su mente.

Matsuri —Le llamo la dulce voz de Kumiko—. ¿Te pasa algo?

La castaña tomo un gran trago de aire.

Gaara Y MatsuriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora