30. Decisión final

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Capítulo 30

Decisión final

— ¿Estás segura de eso?—susurró Selene junto a mí mientras terminaba de pagar el disfraz. Olivia sonrió emocionada queriendo llevar la bolsa. Tomé su mano saliendo de la tienda— ¿Crees que sean cazadoras también?

—No lo sé pero no pienso visitar la mansión para averiguarlo—la miré. Fácilmente podríamos visitar el centro de los cazadores de aquí pero hacerlo sólo implicaría que todos supieran lo que yo quería que fuera una sorpresa.

—Pero si crees que te conocían es inútil—se detuvo antes de cruzar la calle—Probablemente la chica le avise a Demian que estás aquí.

— ¿Qué chica?—ambas miramos a la mujer de cabellos rubios que estaba detrás de nosotras. Miré alrededor sin soltar a Olivia—No te preocupes, la otra chica que estaba conmigo regresó a casa. Me alegra saber que no estaba equivocada—se cruzó de brazos.

— ¿Quién eres?—preguntó mi amiga robándome las palabras de la boca.

—Ellie Michele—contestó. Estaba segura de que tendría más o menos mi edad—Y sé que esta princesa es una Siblez—se agachó sonriendo con dulzura a la niña quien tenía las mejillas rojas— ¿Cómo te llamas, cariño?

—Olivia.

—Lindo nombre, Olivia.

— ¿Cómo supiste que es su hija?—Selene estaba claramente sorprendida—No podrías saberlo, él ni siquiera lo sa...—di un codazo a la chica para que no diera tantos detalles.

—No es necesario saberlo, es obvio que es su hija, tiene un gran parecido a él—Ellie se levantó mirándome—Además, te conozco a ti también. Estuvimos juntas en una misión de hace años. De hecho, fue nuestra primera misión.

Selene me miró con una de sus cejas alzadas. Olivia que tenía mi mano tomada se mantenía ajena a todo eso. Sólo pasaba su mirada de una a la otra.

— ¿Viviste en Chicago?

—Nací allí—contestó.

—Lo siento, no te recuerdo—negué con la cabeza.

—Es entendible, sólo estuvimos juntas una sola vez, mis padres se mudaron aquí—explicó—Pero digamos que fui una de las pocas que odiaba a Demian aunque claro, debo decir que ahora las cosas han cambiado.

— ¿Disculpa?—Selene tuvo que calmarme.

— ¿Sabes donde se está quedando?

—Por supuesto. Todo el tiempo voy a verlo—de no ser por la niña ya me hubiera arrojado hacia ella—Dominic entrena a mi hijo.

— ¿Tienes un hijo?—Selene aguantó la risita— ¿Crees que puedas llevarnos a verlos?

—Claro. Mi auto está aquí cerca—señaló—Vamos—pasó a mi lado caminando mejor que una modelo en pasarela. Selene sonriendo me miró.

—Sólo está provocándote, no creas lo que dice.


La rubia tonta iba adelante conduciendo mientras Selene iba junto a ella. Sea cierto o no, aquella mujer no me agradaba. Intentaba forzar a mi mente a recordarla pero nada aparecía. Para relajarme decidí hacer una trenza en el cabello oscuro de Olivia. Me sonrió con su dulzura de siempre. Cuando el auto se detuvo miré el vecindario en el que estábamos. Era demasiado normal para los primos Siblez.

Selene estaba ansiosa por ver a Dominic. No lo decía pero se le notaba en todos sus gestos.

La casa era igual que las demás, no muy grande pero si lo suficiente para vivir cómodamente. Puerta de madera, ventanas oscuras, techo del mismo tono y paredes blancas. Ellie avanzó hacia la puerta tocando el timbre dos veces. Sus ojos celestes me miraron por unos segundos burlonamente. Esa mujer era extraña.

Encanto Agridulce (COMPLETA)Where stories live. Discover now